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Otra semana más paso, otra semana en la que el unico contacto que habían tenido fueron miradas incomodas o desinteresadas.

Por parte de Spreen, había llegado a la conclusión de que prefería no hablar de eso, no importaba si en el fondo significaba perder al castaño, o al menos intentaba convencerse de eso.

Roier había intentado acercarse al pelinegro de manera "disimulada", pero nada había funcionado, Spreen ni siquiera lo miraba, debería ganar un premio como el mejor usuario de la ley del hielo. Al pasar los día, llegó a la conclusión que si Spreen dejaba de hablarle de un día para el otro sin explicación y parecía no tener intenciones de volver a hacerlo, lo mejor era dejar de torturarse a si mismo y aceptar que su amistad había acabado. Tal vez era mejor así.

...

Se encontraba lavandose las manos en el baño de hombres, había dejado sus lentes negro a un lado y su cabello estaba empapado y peinado hacia atras. La hora de educación física había terminado hace un rato y por el calor no pudo evitar las ganas de mojarse completamente.

De repente, se sintió el ruido de una puerta abriendose, era un cubiculo del baño del cual salió su "preciado amigo". Parece que el destino quería que se topasen a toda costa.

Ambos conectaron miradas un rato, como si el tiempo se hubiera congelado. Finalmente fue Roier quién rompio el contacto y se acercó a uno de los lavabos, colocandose al lado del pelinegro sin decir nada. Él ya no iba a rogarle, todo tenía un punto de quiebre y ese era el de su paciencia.

Spreen tosió incomodamente y fue a sacar papel para secarse. Inconscientemente, quedó mirando el rostro del contrario, perdiendose en la busqueda de sus ojos que lograron conectar nuevamente casi al instante. Otro silencio incomodo.

—¿Quieres algo?— Preguntó finalmente el castaño, con un tono frio y una mirada desinteresada, como si no quisiera saber nada con el contrario.

—¿Ah? No boludo— Respondió con una pizca de agresividad.

—Entonces deja de mirarme— Sacudió sus manos para secarlas —Pendejo— Terminó por soltar en un "susurro".

Spreen no tardó ni un segundo en contestar, ni siquiera se la pensó —¿Qué? Deja de hacerte el piola conmigo, cuida lo que decis o vas a cagar— El aura del híbrido cambió en un segundo, desprendía ira y se podía sentir a kilometros. Roier soltó una risa antes de tragar con dificultad, estaba nervioso, pero no asustado.

—¿Crees que te tengo miedo?—

—Y no se amigo, pero deberías tenerlo—

—No seas wey, apenas tienes los huevos para hablarme y sales con esta pendejada—

—No confundas las cosas boludo—

—¿Entonces qué? Dime, ¿por qué no me hablas? ¿por qué empiezas a ignorarme de la nada? ¿tienes miedo?— Se acercó a él, quedando lo suficientemente cerca para poder golpearlo si quisiera hacerlo.

—Sabrias por qué te ignoro si no hubieras tomado tanto esa noche y recordaras lo que paso, Dios no podes ser tan boludito— Soltó casi gritando, y se arrepintió al instante. Rogaba por que el contrario no recordara lo que paso.

Take on me - [ sproier | spiderbear ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora