Cap37

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Me estaba preparando, tenía que ir a trabajar y siempre

Pensaba en lo mismo.

-¿Qué habría pasado si Mangel no hubiera interrumpido?-

Me dije en voz alta. Sigo sin poder imaginármelo.

-¿Enana?-

-Oh, hola Rubén, ¿Tú por aquí?-

-Esto, sí, quería invitarte, a cenar fuera.-

-¿Hoy?-

-Sí, ¿Vienes?-

-Pues, claro, hoy es Viernes.-

-Vale, hasta después.- Salí del portal con una sonrisa de

Mejilla en mejilla. Llegué pronto al trabajo, estaba mi jefe,

Y también estaba Alberto, ¿Qué hacía ese ahí?

-Hombre, Clara.- Me dijo él.

-¿Qué quieres?-

-Pasado mañana hay una reunión, así que nos veremos allí.-

-No, no voy a ir.-

-¿Ah no?-

-No, todo por no ver tu sucia cara, de estúpido.-

-Eh, Clara, basta, eso es el pasado, y como dice Elsa,

''El pasado ya pasó''-

Pero que yo sepa, no eres Elsa, así que pasaré de ti.- Alberto

Durante toda mi jornada estuvo mirándome, haciéndome

Gestos amables, pero yo no le creía, era un mierdas.

-Clara, ya puedes irte.-

-Vale, hasta el Lunes.- Salí de allí con cara de alivio, no más

Alberto ni nada.

-Las ocho, vale, ahora me visto y espero a que Rubén me

Llame.- Esperé a Rubén, la verdad no tardó nada.

Abrí la puerta, y vi a un sonriente Rubén Doblas Gundersen

Vestido con su camiseta de vans, pantalones caídos y sus típicas

Zapatillas. Su pelo estaba echado para arriba, como a mí me

Gustaba. Estaba muy elegante, había que reconocerlo.

Se me acercó y me abrazó, recosté sobre su pecho, que olía

A champú, creo que se bañó ahora.

-Estás muy guapa.- Me susurró.

-Lo sé, por eso me vestí así.- Le dije, sacándole la lengua,

y rompiendo la bonita escena que había empezado Rubén.

Al separarnos besó mi mejilla, ¿Rubén, hizo eso? ¿A qué

Venía ese comportamiento?

-¿A dónde vamos?-

-Ya verás.- Rubén cogió mi mano y bajamos las escaleras.

-¿No me dices a dónde vamos?-

-No.- Me dijo haciéndome una burla.

-Aquí es.- Dijo señalando un restaurante. Entramos y él estaba

Buscando con la mirada a alguien, cuando las encontró,

Se fue hacia ellas apretándose en un fuerte abrazo.

Yo me quedé quieta, pero Rubén me hizo un gesto para

Que fuera a la mesa. Me senté con una risa falsa, pero

Me cambió muy rápido al ver que estaban mis compañeros

Anatael, Iron y Leyre.

-¿Chicos? Oh dios mío.-

-Lo sabemos, también es extraño para nosotros.- Dijo Leyre.

-Rubén, ¿CÓMO?-

-No hace falta preguntar.- Abracé a Rubén muy fuerte, hacía

Mucho que no veía a mis compañeros, estuve con ellos hasta la

Universidad, es un bonito regalo por su parte.

-Soy una criaturita del señor, desde mucho tiempo.- Soltó

Anatael.

-¿Me conocéis?-

-Pues claro, pero no tanto como la bestia de Clara, a ella

Le encantas, ¿Verdad?.- Miró a su amiga.

La enana estaba bebiendo, y lo que dijo Iron hizo que se atragantara. Ahogué una risa y vi como se sonrojaba.

COMO HERMANOS; rubius y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora