Capítulo Dos

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—Enserio, no entiendo a mi padre —le estaba contando a mi mejor amiga Eyol, mientras tomaba mi café, mientras mi otra amiga Mina solo asentía con la cabeza en nuestra dirección.

—Por lo poco que lo conocemos es muy testarudo amiga, él quiere que asumas su puesto.

—Y lo harás —Termino Mina mientras terminaba de masticar su ensalada de frutas.

Frunci el ceño, no estando de acuerdo con ellas, desde que nací mi padre siempre ha decidido por mí en todo, incluso hasta en los hombres con los que debía salir, mis amistades, la carrera que debía cursar, lo había hecho todo para complacerlo, pero a estas alturas no le veía capaz de seguir, quería hacer lo que tanto me gustaba.

—Ustedes saben lo que a mi me gusta.

—Sabemos que es la danza Jieun, pero tú padre.

—No le haré más caso a mi padre —Negué—. Haré lo que yo quiera de ahora en adelante, no mandara siempre en mi vida.

—¡Así se habla! —Mi ánimo Mina, le sonreí.

—No creo que sea correcto Jieun —Eyol me miró preocupada.

La mire extrañada.

—¿Porque?

—Tu padre podría enfadarse, y ni quien pueda calmar su furia, ¿aún recuerdas lo que pasó cuando decidiste desobecederlo aquella vez? No es buena idea Lee.

—No me importa Eyol, podrá enojarse y echar el grito en el cielo pero haré lo que siempre quise que es la danza, es mi pasión, no me desanimes ahora por favor —Supliqué.

—Esta bien —Suspiró—. Solo recuerda que, cuando algo malo suceda ahí estaré para decirte "te lo dije" —se burló.

Solo negué sonriendo para darle un pequeño golpe en el brazo, Mina sonrió tomando mi mano dándome su apoyo, amaba mucho a mis amigas, aunque ambas pensaban diferente a la hora de darme apoyo siempre estaban ahí para mi, nos habíamos conocido en la secundaria y desde la primera vez que nos vimos decidimos no separarnos jamás y quisimos estar siempre juntas, desde entonces siempre hemos andado pegadas para todas partes.

—Es hora de irnos, las compras no se harán solas —Mina dejó la copa de ensalada vacía en la mesa.

—Si, necesito unos zapatos nuevos, el sábado tengo una fiesta y no quiero ponerme los que ya tengo —Hablo esta vez Eyol mientras se ponía de pie, dejando dinero en la mesa.

—Mejor un vestido —Hable esta vez yo—. Es mejor cuando estrenas todo, incluso color de cabello nuevo —Mire a Eyol pasandome una mano por mi cabello oscuro.

—Buena idea —Tomo un mechón de su propio cabello— Necesito color nuevo.

—Un rubio te quedaría muy bien —Eyol camino a nuestro lado, las tiendas no estaban muy lejos.

—Bien, entonces luego de las compras iremos a la peluquería.

—Pero Eyol, era una idea para que fueras pero no ahora, el cambio de tinte tomará horas, yo ya quiero ir a ver a mi padre —Hice un puchero.

—No seas tonta Jieun, tomara solo dos o tres horas, no exageres, además tal parece que tu padre se encontrará ocupado en la oficina.

—¿Cómo sabes? —Pregunte extrañada.

—Al tipo raro con el cual casi tienes un accidente, no olvidaste mencionarlo en el café, antes de comenzar a hablar de la insistencia de tu padre por tomar su puesto en la compañía.

—Ah, si —Señale—. El pelinegro alto de espalda ancha, el comportamiento de mi padre fue muy extraño, más aún en la manera en la que se miraron.

—Y dime... ¿El tipo era guapo? —Quiso saber Eyol, le di un codazo sacandole un quejido.

—No preguntes eso —Me sonroje,  admitía que el tipo no era nada feo, estaba claro que eso no le iba a decir a mi amiga.

—Vamos a apurarnos con las compras, o por culpa de Eyol nos mantendremos todo el día en la peluquería —Nos apuro Mina.

Ambas le echamos una mirada de soslayo para seguir mirando lo que íbamos a comprar, a diferencia de ellas que estaban entretenidas yo estaba metida en mi mundo, aun no podía sacar de mi mente aquellos ojos oscuros tan penetrantes que me observaron desde el primer momento en la oficina de mi padre, preguntándome ¿Qué escondían?

Delicate; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora