Capítulo Tres

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Después de las compras y estar más de tres horas en la peluquería con Eyol y Mina, decidí ir primero a casa y luego ir a visitar a mi padre a la compañía, estaba segura de que a estas horas estaría solo.

Llegue a su oficina y me pareció extraño no encontrar a su secretaria fuera atendiendo llamadas como era costumbre, sin darle importancia me acerque a tocar la puerta, pues podría estar con alguien, pero al no obtener respuesta entre encontrando la oficina vacía, decidí esperarlo sentada en el sofá.

Pasaron unos minutos, donde me sentí muy aburrida así que comencé a dar vueltas mirando papeles y contratos, cuando un papel cayó a mis pies, lo tomé en mis manos para ponerlo nuevamente en la mesa.

—Qué extraño —Mire la foto de aquel pelinegro en la hoja—. Jeon Jungkook —Susurre su nombre varias veces, me sonaba pero no recordaba de donde, su nombre, pero su cara, había escuchado hablar a mi padre algunas veces sobre ese hombre en privado, pero nunca averigüe de que era.

Iba a seguir leyendo pero unas voces en el pasillo me sacaron de mis pensamientos, alarmada dejé la hoja donde estaba y me escondí en una pequeña habitación que tenia mi padre apartada, nadie sabía de ella aparte de nosotros dos, oí la voz de mi padre y de Jeon Jungkook, al parecer ambos estaban discutiendo sobre algo.

—Ya te lo he dicho millones de veces Jeon —Mi padre hablo con rudeza—. La respuesta es no.

—Debes aceptar lo que te propongo Lee —Le contesto—. Si no lo haces todo lo que tienes se irá a la ruina, y sabes a lo que me refiero, ¿Acaso quieres que tu querida hija se entere de aquello?

—No serias capaz.

—Con tal de obtener lo que quiero soy capaz de todo.

—Pero, Jieun aún es joven, no está lista para casarse —¿Casarme?

—Lo estará, tiene veintiun años, ya es toda una adulta —Hablo Jeon, no entendía nada, ¿a qué se refería?

—No se casara contigo —Continuó negándose.

¿Qué? ¿Casarme con él? ¿Con Jeon Jungkook? Me tomé los cabellos.

—Tendrás que convencerla de hacerlo, si no perderás todo lo que tienes —Amenazó—. Y no solo eso, si no también, ya tu sabes.

—Dame tiempo —No puedo creerlo, mi padre lo estaba aceptando.

—Una semana —Demando.

—Bien —Rendido tendió la mano, quien Jungkook tomó y con fervor movió cerrando el trato.

—Nos vemos dentro de una semana, suegro —se burló, dándose media vuelta abandonando la habitación.

Anonadada, sin palabras, mirando todo por la rendija de la puerta, sollozando, con la palma de la mano tapando mi boca, no podía creermelo todavía, mi padre, aquel hombre que había jurado protegerme de todo, que siempre me dio cariño y jugo conmigo cuando era una niña, me ha arruinado ahora, primero destruyo mis sueños y ahora mi vida completamente, entregandome a alguien que apenas conozco y que ahora se que va a ser mi futuro marido, Jeon Jungkook.

Delicate; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora