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A M I G A

Los buenos amigos construyen los momentos más felices y son como un lucero en la oscuridad.
¡También te prestan su ropa!

 ¡También te prestan su ropa!

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||POV (____)||

La mañana siguiente fue bastante normal.
Bueno, a excepción de que literalmente me encontraba postrada en una cama sin tanta movilidad solo porque tenía la pierna rota.
Dormitaba tranquilamente en aquella cama, haciendo un esfuerzo por poder conciliar el sueño, ya que los rayos de sol traspasaban por la ventana y llegaban hasta mis ojos.
Y aunque me cubriera con alguna almohada, no podía dormir.
Al parecer mis horas de descanso ya habían pasado y mi cuerpo había recobrado aquellas energías que repuse la noche anterior mientras dormía.

¿Pero entonces qué hago?

Bufé frustrada, sin saber que hacer, podía ponerme a leer un libro, pero luego comenzaría a aburrirme.
Tal vez escribir una historia me haría bien, aunque... no tengo tinta ni hojas para hacerlo.
Nuevamente suspiré de la frustración, comenzando a aburrirme.
Sin embargo, después de unos minutos la puerta se abrió y de ahí entró mi salvador o salvadora a mi aburrimiento.
Sonreí al escuchar la puerta abrirse y miré hacia su dirección.

─Hola Shinazugawa─ la voz de Tomioka se hizo presente.

Levanté mi mano en forma de saludo. ─¡Tomioka, que gusto verte!─ respondí cordialmente.

─Te traje algo─ respondió acercándose a mi, cuando de pronto vi que cargaba con dos muletas y mis ojos se iluminaron.

Sonreí aun más debido a la emoción. ─Woah, muchas gracias─ respondí, mirando como dejaba las muletas recargando contra la pared.

─No es nada─ contestó con su tono habitual serio, luego, caminó dr nuevo hacia la puerta. ─Por cierto, Shinobu mencionó que deberías hacer ciertos entrenamientos para ayudar a mejorar la lesión de tu pierna─ dijo dándose la vuelta para mirarme. ─No son obligatorios, pero te beneficiaran─ agregó.

─¿Qué tipos de entrenamientos son?

Tomioka pareció pensar por un segundo antes de contestar. ─No lo sé, deberías ir a buscarla para preguntarle, ahora esta en la finca de Kanroji─ contestó.

─Entiendo, gracias Tomioka─ sonreí amablemente de nuevo.

Él solo asintió, para después desaparecer tranquilamente por la puerta.
Suspiré y sonreí nuevamente, mirando las muletas que Tomioka me había dejado.
Me reincorpore en la cama, sentándome con dificultad en esta, me incliné y estire mis brazos para tomar las muletas.
Tomé ambas muletas y me apoyé con estás para poder levantarme de la cama.
Y lo hice, pude ponerme de pie.
Luego intenté probar las muletas, practicar caminar con ellas.

𝐀𝐃𝐕𝐄𝐍𝐓𝐔𝐑𝐄 | MuzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora