Por un reto (Zosan)

16

El cielo tenía un lindo color naranja, el celeste blanco de las nubes hacía verlo aún más hermoso.

Caminando por el parque me senté en una banca mirando aquel atardecer, como siempre.

La brisa acarició mi rostro.

Era helado, el clima está perfecto.

Me cubrí la nariz con mi bufanda.

Si respiraba fuerte, mi nariz dolía por lo helado.

Vi una cabellera verde.

¿No puede ser él?

Pero sintió mi mirada y conectamos.

Mi corazón latió pero quería huir, no soy una persona rencorosa pero ¿Cómo lo miro a la cara sin llorar?

Así que me levanté y caminé hacía un lugar lejos de ahí.

A veces huir no es la mejor solución.

-¿Sanji?- Aquella voz, estaba un poco más ronca.

No quise volver a ver pero me detuve cuando escuché que me llamaba.

-¿Eres tú?- Mi cuerpo me traicionó y lo miré.

Después de casi 10 años, nos volvimos a encontrar.

Tenía una cicatriz en su ojo, la curiosidad y la preocupación llegó a mí, más no pregunté nada.

-Cuanto tiempo.- Fue lo único que salió de mi boca.

-Estas...- Parecía pensar que decir.- Sigues igual de hermoso.

Escuché los latidos de mi corazón y sentí mis mejillas tal vez calientes.

-Tú tampoco cambias.- ¿Qué se dice después de un buen tiempo sin hablar?

El silencio era incómodo.

Los dos queríamos hablar pero no sabíamos cómo decir o qué decir.

-¿Tienes a alguien?- Eso fue directo Zoro.

-Digamos que sí.- Estoy conociendo a alguien.

-¿Digamos?- Parecía confundido.

-Nos estamos conociendo.

-Oh, wow, me alegro por ti.- Se rascó su cabeza.

-¿Y tú?

-Digamos que sí también.

-Pues también me alegro por ti.- La verdad sí, hasta creí que ya se había casado.

-¿Tienes algo que hacer mañana? - Preguntó.

-No ¿Por qué?

-¿Quieres salir a tomar un café o algo?

-Claro ¿Por qué no?

-¿Mañana a las 4 aquí mismo?

-Bien, te veo a las 4.- Caminé casi huyendo de ahí.

No sé si estoy listo para tener una conversación a más de una hora.

Vine a Francia por una vacaciones, jamás creí encontrarlo por aquí.

Aparte no creí que me iba a reconocer.

De camino al departamento me compré un capuchino.

Al llegar lo primero que hice fue ver qué me pondría.

Después de una búsqueda y selección me decidí poner una camisa blanca, un blazer gris que me llegaba a la mitad del muslo, unos pantalones y zapatos de vestir negros.