the ruler [THE HUNGER GAMES]¹ PAUSADA

Prólogo.

26 de julio de 073...después del tratado de traición.

El cañón sonó por vigésima segunda vez en dos semanas, marcando la muerte de la chica del Distrito Nueve que yacía en el suelo en la boca de la cornucopia. Al igual que yo y mi último aliado restante, Conway del Distrito Cuatro, ella había estado huyendo de las horribles aguas termales que los creadores de juegos habían implementado para unirnos. Desafortunadamente para ella, fuimos más rápidos. Conway había enterrado su tridente profundamente en su estómago sin pensarlo dos veces y luego la había pateado como si fuera una especie de carga. Nos miramos durante unos minutos mientras se desangraba. Estaba demasiado nervioso para acabar con él en caso de que él atacara, y él estaba demasiado loco para librarla de su miseria. Así que solo esperamos. El charco de sangre estaba tocando la punta de mi bota cuando el canon finalmente significó su muerte.

Conway armó
su tridente en segundos, fijando sus ojos azules en mí. No tenía armas a la vista, pero él no era tan estúpido como para creer que no estaba lista para atacar. Tuvo cinco muertes en su historial en comparación con una mía, y probablemente merezca la victoria sobre mí. Pude ver que pensó que esto había terminado y que pronto estaría de vuelta en el Distrito Cuatro, pero no me rindo tan fácilmente. Conway se lanza hacia mí con una velocidad que no sabía que tenía en él. Apartándome del camino, la hoja de mi cuchillo choca con el mango de su tridente y lo hace perder el agarre. En medio de la confusión que persigue, logré tirarlo al suelo. Mis rodillas lo inmovilizan y levanto mi cuchillo sobre mi cabeza, agarrándolo con ambas manos. Es fuerte, aproximadamente unos 30 centímetros más alto que yo y tiene dieciocho años, así que todo lo que se necesita es una rápida flexión de su cintura y nuestras posiciones se intercambian. Se agacha y agarra una mano alrededor de mi cuello, usando la otra para distraerme de mi cuchillo, lanzándolo lejos de mi alcance. Finalmente empiezo a pensar que esto es todo. Mis ojos están cerrados, tratando de sacar de mi mente la imagen de este niño sanguinario del sistema de mis momentos finales, cuando recuerdo el otro cuchillo amarrado a mi pierna. Saco la parte inferior de la funda de mi cuchillo y la deslizo mientras el dolor comienza a bombear a través de mi cabeza. Se está riendo, se está riendo de mi muerte. Alguien con quien he sobrevivido durante dos semanas está tan feliz por mi fallecimiento.

Eso es lo que me permite ganar. La ira por lo lavado de cerebro que tiene y está feliz de estar estrangulándome hasta la muerte frente a todos. Mi cuchillo encuentra hogar en su pecho y en un instante la presión en mi cuello desaparece y finalmente puedo jadear por aire. Conway se atraganta con su sangre y parte de ella se derrama sobre mi camisa blanca. No puedo dejar que muera como la chica sin nombre del Distrito Nueve, y tampoco creo que pueda sentarme aquí y escuchar cómo se ahoga lentamente hasta morir, saco el cuchillo y lo vuelvo a apuñalar. Deja de respirar y el cañón se dispara.

No me doy cuenta, pero estoy llorando. El peso de su cadáver encima de mí sirve como un recordatorio constante de que esto lo llevaré conmigo para siempre. Ganadora, sí, pero asesina también. Jadeo mientras empujo su pesado cuerpo lejos de mí y luego empiezo a arrastrarme hacia atrás. No me detengo hasta que llega el aerodeslizador para recoger a mis concursantes finales y enviarlos en cajas de cartón de vuelta a sus hogares. A sus familias. Cuando este aerodeslizador desaparece, dejándome sola, no pasa nada durante unos minutos. El Capitolio esperará que me siente aquí y espere a que la victoria se haga presente en mi sistema. Funciona, porque ahora estoy llorando. Las emociones mezcladas con todavía tratar de recuperar el aliento significan que estoy sobre mis manos y rodillas tosiendo, recibiendo rasguños de la tierra arcillosa compactada en la cornucopia.