•[🎭]《─ 𝐓𝐑𝐔𝐄》
╰─────➤ ─ [| 𝗔𝗾𝘂𝗮𝗺𝗮𝗿𝗶𝗻𝗲 𝘅 𝗙𝗲𝗺𝗮𝗹𝗲'𝗢𝗰 |]
────── ❝No seré más un peón en tu tablero❞
────── ❝¿Cuándo dije yo que eras un peón?❞
────── ❝¡Pues me usas como si yo lo fuera!❞
────── ❝En todo caso, tú eres mi re...
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POR PRIMERA VEZ SE SENTÍA BENDECIDA POR LA calidez de una familia, o al menos una que recordara. Hanami, o actualmente Asashy, no sabía ni en que pensar o que creer desde que llegó al mundo por segunda vez. Su relación con los gemelos era extraña, ellos parecían entenderse entre si pero a ella no la comprendían en lo absoluto, bueno, tal vez porque eran bebés y ella no lo era realmente.
Los días y semanas transcurrieron con normalidad, su hogar era un departamento bastante costoso, con una gran vista de todo Tokio, era maravilloso y si que lo disfrutaba. Habían ciertos días que iban al departamento un poco más "humilde" de Ai Hoshino, aún no se lo creía, era sorprendente, ¡Nunca pensó que Ai tendría hijos de un año!
La mayoría de veces iban a cuidar a los gemelos, Ruby, una niñita rubia de ojos rubí y con una estrella en el ojo izquierdo, muy chillona a su parecer pero con una personalidad interesante. Luego estaba el mayor, Aquamarine Hoshino, aunque todos le decían Aqua, él era de ojos azules y con la estrella del lado derecho. Al contrario de su hermana, él era bastante tranquilo, siempre parecía pérdido y por alguna extraña razón, le daba pena amamantarse del pecho de su madre.
A pesar de siempre estar juntos, Asashy notaba que ellos le tenían una cierta desconfianza. La dejaban sola mientras ellos se iban a ¿Hablar? O bueno, según ella a balbucear. No sabía cómo actuar, no recordaba como comportarse como bebé pero intentaba convencerse a sí misma de su actuación.
Ese día su madre dormía plácidamente en el sillón de la sala de ese pequeño departamento en la que vivía la joven Idol. Asashy estaba en una cuna en el piso, mientras que ambos gemelos estaban en el piso viendo la televisión. Se suponía que la habían dejado ahí para que durmiera pero, sin lograrlo, se puso a jugar el collar de su cuello con sus cortos brazos, aún dudaba de como había llegado a ella después de morir; en un accidente movimiento, tocó un zafiro que hacía del ojo de la serpiente, tornandose de un blanco brilloso.
Intrigada se sentó mirando hipnotizada el collar, que regresó a su estado original. En un intento de volver a encender esa luz blanca -que no se encendió-, escuchó una voz que le hizo sobresaltar en silencio.
