De compras (Parte 1)

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El reloj despertador sonó a las siete de la mañana siguiente, con flojera Elric lo apagó e intento dormir otra vez, casi que no había dormido nada y si no fuera por su tía que tocaba la puerta pidiéndole que se levante se hubiera quedado hasta medio día en cama.

Hizo la misma rutina mañanera de siempre y después bajó a la cocina a desayunar mientras su tía ya había empezado sin él.

—Después del desayuno tengo unas cosas que decirte —Dijo su tía mientras Elric sentía un pequeño escalofrío, pues recordó la conversación que tuvo su tía con aquel hombre anoche.

—¿No hice nada malo, verdad?

—¿Qué? no, claro que no —Negó con confusión mientras Elric suspiraba aliviado, pues su tía no se había dado cuenta que estaba espiando su conversación.

Después del desayuno ambos hablaron más cómodos en la sala, su tía le había pasado la carta que ella había leído anoche, obviamente se hizo el sorprendido cuando la leyó.

Amelia le había contado muchas cosas acerca de este mundo mágico, que era similar a los cuentos que le leía cuando era más pequeño, y le contó acerca de Hogwarts, la escuela de hechicería que le había dado la oportunidad de cursar sus estudios ahí, pero mientras más escuchaba más se hacía grande sus dudas.

—¿Por qué nunca me contaste acerca de esto, los magos, Hogwarts, todo? —Aquella pregunta por parte del chico dejó en silencio a Amelia, un incómodo silencio

—No quería que te veas inmiscuido en todo esto, aún hay muchas cosas que no sabes y aún no estás listo para saberlas... yo quería que vivieras una vida normal —Dijo Amelia con la mirada en el suelo, mientras Elric estaba pensativo

—Tía sobre mis padres, ¿que pasó con ellos? —Nuevamente la mujer se quedó en silencio decepcionando al chico —No puedes decirme eh?... ya veo... tía, quiero ir a Hogwarts

—¿Seguro? —Elric asintió con determinación.

Amelia ya esperaba esa respuesta de Elric, realmente lo quería a su lado y que no fuera, pero si era lo que realmente quería no había mucho que hacer.

—Entonces ve a cambiarte, el viaje a Londres será algo largo y tenemos que comprar los materiales —Se levantó del sillón mientras Elric asentía un poco más animado, su tía apoyaba su decisión al menos.

—¿Viajaremos en metro? —preguntó curioso mientras se levantaba del Sofá.

—Tengo una mejor idea, así que date rápido.

—Si jefa —Dijo en pose militar para después ir corriendo hacía su cuarto para estar más presentable.

Minutos después ambos estaban en el garaje, lo único que había era una caja de herramientas encima de la mesa y una camioneta vieja que usaba su tía ocasionalmente, aunque Elric no entendía qué tenía de interesante ir en esa vieja camioneta y que a duras penas funcionaba, pero Amelia solo dirigió hacía una de las deterioradas paredes del garaje.

—Valar Morghulis —Dijo su tía.

Se trataba, evidentemente, de una contraseña, porque de repente una puerta empezó a aparecer en la pared. Mientras Elric estaba sorprendido, Amelia tomó el pomo de la puerta y la abrió, lo que había detrás era una habitación mucho más limpia y amplia que el garaje.

En ella estaban colgadas armaduras de batalla como si fuesen trofeos, armas afiladas y bien cuidadas como espadas, hachas de guerra y un escudo con el símbolo de tres perros de sable sobre un campo dorado en él, junto a estas armas se encontraba una varita, en los estantes estaban frascos lleno de sustancias de diferentes colores y de dudosa procedencia que le daban mala espina y a su lado en un perchero se encontraba colgada una chaqueta de cuero, unos pantalones tácticos negros y unas botas negras debajo.

𝘌𝘭 𝘶𝘭𝘵𝘪𝘮𝘰 𝘵𝘢𝘳𝘨𝘢𝘳𝘺𝘦𝘯 [𝗛𝗮𝗿𝗿𝘆 𝗽𝗼𝘁𝘁𝗲𝗿]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora