El mundo pasaba por la guerra fría, más especificamente, la guerra de Vietnam; una importante guerra bélica estaba por llegar a su fin, importante por qué el país que nunca ha perdido, sería vencido, ese era Estados Unidos. Aunque nadie lo sabía aún, ya que faltarían unos cinco años para que esto sucediese.
La histórica guerra de Vietnam, desde hace un tiempo la zona norte de esta división estaba tomando delantera sobre su vecino capitalista; Vietnam del sur.
Era un gran problema para la superpotencia.
Búnker subterráneo estadounidense secreto- Vietnam del sur.
─ Señor, debemos tomar medidas rápidas, o perderemos la guerra. Vietnam del Norte, y la Unión soviética están tomando la delantera, y no se prevén buenos resultados─
El estadounidense estaba sentado en un sofá individual viendo un mapa del territorio vietnamita.
─Lo sé, Arnold... Mi mente solo piensa en ello─
Respondió el de 50 estrellas.
─Hay que atacar por dónde menos se lo esperen─
Agregó un señor de cincuentón que traía un traje militar, como la mayoría de los que estaban allí.
─Así es, Jack ─
Se le formó una pequeña sonrisa, mientras que sus pensamientos vagaban por la imagen victoriosa del estadounidense.
Pronto un joven entró a la sala a paso rápido interrumpiendo los concentrados pensamientos de todos allí, quienes llevaron su mirada hacia él, intentando buscar respuesta a ese comportamiento.
─¡Se me ocurrió algo!─
Mencionó emocionado el chico, mientras alzaba unas hojas. Esta no había sido la primera propuesta del día, claro que no, desde hace semanas, todos habían pensado diferentes estrategias para ganar esa guerra, sin embargo ninguna lograba convencer al grupo.
─La llamé la misión "omnipresente vencedor"... Consta en breves palabras, infiltrarse en territorio soviético para robar información confidencial y poder amenazarlo con ella─
los demás miraron interesados a la propuesta de aquel joven, que se mostraba tan confiado.
─¿Cuál es la estrategia? ¿Cómo pasaremos los sistemas de seguridad?─
El joven continuó explicando, sonaba convincente, tanto que empezaron a planificar a fondo la misión "omnipresente vencedor".
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Pasaron unas semanas. El estadounidense caminaba por la base militar secreta sud vietnamita, mientras hablaba con algunos colegas y en su mano izquierda sostenía un vaso con café.
Arnold se le acercó con unos papeles en la mano.
─ Señor, no necesitamos en el búnker urgentemente─
USA continuó caminando sin mirarlo.
─ Del uno al diez, ¿qué tan grave es?─
El chico dudó por unos segundos
─ Un siete─
El estadounidense suspiró y miró a aquellos militares con quién hablaba.
─ Tengo asuntos importantes que atender, luego vuelvo─
Seguido de eso, los dos se dirigieron al búnker dónde habían unos cuantos militares y el joven quien había creado la idea de infiltrarse en territorio soviético, Jacob.
─ Buenos días, señor América─
Saludaron algunos mientras miraban al susodicho.
─ Buenos días─
Contestó mientras se sacaba ese gran saco y lo colgaba para luego sentarse. Jacob, el joven de la idea "omnipresente vencedor", se acercó a un mapa colgado a la pared, y lo extendió dejando ver el territorio soviético, más específicamente Moscú, Rusia.
─Como sabrán, hace unos días, enviamos varios aparatos electrónicos que pudieran grabar el interior de la casa del soviético, los aparatos se destruyeron en el camino, ya sea accidental, o intencionalmente por los rusos. Pero logramos conseguir información suficiente para saber las debilidades de la seguridad, y donde está la información importante─
El joven continuó explicando a detalle el plan. Incluso pasó más de una hora, entre que hacían preguntas, y aclaraba dudas, duró bastante tiempo.
─ Por ello, considero importante que para la noche de mañana, se envie un par de espías profesionales, se que usted es uno, señor USA─
Jacob llevó su mirada hacia el estadounidense, quien sonrió.
─¿Estás diciendo que yo tendré que ir a arriesgarme?─
Cuestionó el de 50 estrellas, cosa que puso ansioso al joven, quien no sabía si eso le había molestado.
─S-si, señor... tiene que ser mañana, y los espías cien por ciento capacitados más cercanos son usted, y el señor Davis, no podemos esperar a traer unos de la capital, o del territorio estadounidense─
Una serena pero algo aterradora sonrisa apareció en el rostro de la potencia mundial.
─ Es una magnifica idea, me encantaría burlarme en la cara de ese maldito soviético, sin que ni siquiera se dé cuenta ─
A Jacob le volvió el alma al cuerpo, creyó que sería una muy mala idea exponer de tal manera al estadounidense. Sin embargo, alguien más se dio cuenta de aquél problema, y lo resaltó.
─ No podemos exponer de tal forma al señor América, mucho menos en esta estúpida guerra─
La mirada del estadounidense ahora era despreciativa, y se dirigía a quien habló.
─¿Crees que Urss es un rival para mí? desde que Stalin murió, su fuerza, influencia y poder han disminuido considerablemente, y aún caen en picada. Créeme, no durará por mucho más tiempo─
La sonrisa, ahora burlesca, regresó. Los demás compartieron miradas dudosas, sin embargo terminaron aceptando, después de todo, no habían muchas opciones.
El estadounidense tenía muchas habilidades muy útiles en el contexto bélico que transcurría en ese entonces, entre esos estaba el espionaje profesional, el uso de varias armas, ente otras.
─ Bien, sigan organizando, tengo cosas que hacer─
USA se puso de pie, llevó sus hombros hacia atrás, haciendo sonar su espalda y salió del lugar.
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El plan cada vez tomaba más forma. Eso emocionaba a Estados Unidos, quien gozaría mucho de ver la cara dormida de ese imbécil mientras su compañero le roba información que podría acabar con su poder.
