headcanons creepypastas

- ᴊᴇғғ -

༒︎ No se considera a sí mismo parte de la comunidad lgbt puesto que en sí, ni siquiera considera que tenga  un tipo de sexualidad específica, es decir, sí se ha sentido atraído a ciertas personas a lo largo de su vida (tanto hombres como mujeres) pero no piensa mucho en ello.

Nunca se ha detenido a pensar en esto dado que aún quedan ecos en su cabeza de la religión impuesta por sus padres y sobre los sermones que escuchaba en la iglesia sobre cómo la homosexualidad es considerada un pecado, aunque se dice a sí mismo que ya no importa eso porque después de haber asesinado a tantísimas personas sólo por placer, es un hecho que arderá en el infierno... ¿Qué más da si se tira a un hombre? Piensa.

Sin embargo, jamás ha exteriorizado que también suele sentir atracción por lo hombres, y es que no considera prudente decir eso en voz alta teniendo en cuenta la reputación que se ganó entre los demás asesinos y sabiendo que se burlarán de él.

Aún así, Jeff sí llegó a tener un crush en otro chico de la cabaña.

Tampoco era un secreto que Jeff y Masky solían tener problemas muy a menudo porque sus personalidades chocan todo el tiempo. Y esto es precisamente porque son opuestos, Masky siempre quiere tener el control de todo y estar al mando, pero Jeff siempre termina saliéndose con la suya y haciendo lo que quiere, haciendo oídos sordos a los regaños, gritos y maldiciones de Masky.

Pero nadie sabía que el asesino sonriente estaba comenzando a sentirse atraído como un imán por el enmascarado.

Una noche, de esas en las que Jeff volvía a la ciudad para distraer su mente con alcohol y prostitutas para olvidarse del creciente sentimiento de soledad que esconde en su interior, no se dió cuenta de que en el bar en el que entró también estaba Masky sentado en la barra, observándolo de lejos y prestando atención a cada movimiento que hacía el peli negro.

Masky ya estaba entrado en copas, y una idea cruzó su mente, ¿Y sí se vengaba de Jeff por ser un imbécil con él?. Sonaba tentador, y ciertamente, por la mañana no recordaría claramente lo que estaba a punto de hacer. Si no hay sobriedad, no hay arrepentimiento.

Así que Masky se acercó lentamente a Jeff por la espalda, le susurró algo al oído que provocó un escalofrío en su contrario y poco después el de cabello largo asintió tras tragar el nudo en su garganta.

Se perdieron en la oscuridad de la noche con destino a algún motel o un lugar parecido, Tim estaba tan ebrio que realmente no le importó nada de lo que hizo esa noche en absoluto. Pero no contó con el simple y sencillo hecho de que Jeff ni siquiera había bebido alcohol suficiente como para perder el libre albedrío.

Masky pensó que si no podía hacer que Jeff siguiera sus órdenes estando en juicio, quizás lo haría estando ebrio, pero para él no era suficiente el obligarlo a obeder sin "humillarlo", por eso pensó que era buena idea el someterlo en la cama. Así que luego de numerosos besos desenfrenados con sabor a alcohol y la tensión del momento, tuvieron una acalorada pelea sobre quién iría en qué lugar, lo cual terminó con Jeff cediendo ante sus deseos más bajos, las maldiciones de Masky y sus ásperas manos.

Esa noche fue un desastre, Jeff supo lo que era estar a la merced de alguien tan violento cono lo era Masky y lo bien que se sintió eso, pues si bien el de naranja cumplió su cometido, todavía le concedió ciertas cosas que Jeff aún se siente avergonzado de admitir que pidió.

A la mañana siguiente Jeff despertó entre sábanas blancas en una habitación por demás desordenada, con el cabello enredado, marcas de mordidas, algunos cuantos moretones y los recuerdos de una noche que jamás podrá olvidar.

Cuando volvió a la cabaña una semana después, Masky lo trataba como si nada, pero las cosas se sentían distintas entre ellos dos.