44

753 85 24
                                    

Me derrumbé impotente al lado de Hyunjin. Lágrimas incontrolables ya caían de mis ojos, mezclándose con su sangre cuando llegaban al suelo. Los moretones oscuros estaban esparcidos por su rostro, sus brazos. Su camisa estaba rasgada y empapada de rojo, y seis, tal vez siete heridas de arma blanca diferentes perforaron la piel de su torso. Hubo más incisiones severas en sus piernas, y tuve la sensación de que si lo giraba, encontraría aun más cortes en su espalda.

Sin embargo, noté que sus áreas vitales -su cuello, su corazón, sus pulmones- no se habían tocado, y me di cuenta, con una sacudida enfermiza, que Cedió no había querido matar a Hyunjin de esa manera. Eso sería demasiado fácil, demasiado rápido. Él había querido hacerle sufrir.

Me forcé los oídos y capté el sonido de un pulso, débil y desvaneciéndose. Hyunjin todavía estaba vivo. No muerto, pero muriendo.

Entonces estaba volando hacia atrás; Minho me agarró por el hombro y me alejó de Hyunjin, lanzándome a un lado como una muñeca de trapo. La parte posterior de mi cabeza golpeó el suelo del bosque y mi visión se volvió irregular, pero aun podía oír perfectamente mientras Minho murmuraba enojado para sí mismo: "Debería haberlo sabido, debería haberlo sabido".

Me puse de pie y me volví hacia él, mi cara se contorsionó en un gruñido. "¿Qué diablos hiciste?"

Minho me miró igual de intensamente, pero no retrocedí. "Hice lo que tenía que hacer."

Di un paso adelante, casi lista para estrangularlo, pero él tendió una mano y sonrió burlonamente. "Cálmate, cálmate. Te lo diré".

"¿Cálmate? "

"Envié una carta, dije que podíamos negociar. Él no dudó en cumplir".

Mi mente giró en torno a la idea -era tan parecido a Hyunjin, no lo dudé ni por un segundo- y aun más la ira quemó mis nervios. Hyunjin era tan idiota por confiar en Minho de esa manera, por seguir poniéndose en riesgo solo por estar conmigo. Y yo lo amaba por eso, pero ahora, todo lo que podía sentir era odio. Si Minho estallara en llamas en ese mismo instante, me habría reído.

"No va a morir" dije con voz temblorosa; Señalé el cuchillo de acero en la mano de Minho. "Eso no es plata".

La sonrisa de Minho se volvió torcida. "Olvidas que hice mi investigación, hermano-"

"No somos hermanos."

Minho me ignoró. "La plata puede ser fatal para los hombres lobo, pero no es lo único que puede matarlos. Solo pueden curar tantas heridas a la vez. Mientras se quede aquí, sin ayuda, está prácticamente muerto".

Un jadeo silencioso pasó por mis labios cuando me di cuenta de que esto realmente estaba sucediendo, Minho en realidad estaba consiguiendo su venganza. Incluso con los confinamientos puestos en él, había encontrado una manera. Había sido tan ingenuo como para pensar que no lo haría, para pensar que se rendiría una vez que hubiera obtenido su deseo inicial.

Un violento temblor sacudió mi cuerpo y mis rodillas se doblaron. Golpeé mi mano contra el tronco de un árbol para apoyarme, rehusándome a caer ante Minho.

Él no había terminado todavía. "Desafortunadamente, hermanito, supongo que intentarás frustrar ese plan". Sus ojos brillaban malvadamente y dejó caer su sonrisa falsa. "Y no puedo tener eso".

Descuidadamente dejó caer el cuchillo y se metió en el bolsillo, sacando un trozo de madera que no superaba el tamaño de un billete de un dólar, con un borde puntiagudo y mortal. Lo había visto antes, era la misma estaca de madera que me había lanzado hace tanto tiempo, la primera vez que me amenazó.

"No matarías a tu propia familia" dije valientemente, aunque sabía con absoluta certeza que eso no era cierto.

Los ojos de Minho brillaron. "No, tu no matarías a tu propia familia."

Muerdeme | HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora