PANEM TODAY, PANEM TOMORROW, PANEM FOREVER.
Elizabeth Bierman Snow la nieta del Presidente Snow desaparecida del Capitolio a la edad de 14 años, en los 66° juegos del hambre.
Oc x The Hunger Games
Historia basada en The Hunger Games perteneciente al...
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Lluvia.
Es lo único que logro escuchar, algo no muy común estando en el Capitolio, pero creo que está vez la suerte está de mi lado.
Me levanto de mi tocador en busca de unas tijeras, tal vez estás me ayuden estando ahí afuera o quizás me puedan ayudar estando aquí dentro, comienzo mi búsqueda y encuentro unas rápidamente en mi cómoda, junto a mi pequeño Sinsajo un regalo de parte de mi querido abuelo Coriolanus Snow.
Me observó en el espejo, talvez sea momento de cambiar un poco mi apariencia si no quiero que me reconozcan, tomo una liga y empiezo hacer una trenza está llega por encima de mi cadera, la estiro un poco pongo las tijeras en mi cabello y cortó, la trenza ya no existe y el largo cabello que era parte de mi está tirado en el piso, me veo y no lo creo, estoy totalmente diferente el anterior cabello que me llegaba por debajo de la cadera ahora me llega por encima de los hombros .
Escucho pasos venir lentamente hasta mi habitación, recojo todo y tiro el antiguo cabello al basurero de mi baño, corro hasta mi cama y me tapo hasta la cabeza quedando al lado contrario de la puerta, está se empieza a abrir lentamente.
—¡Violet!
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Abro los ojos rápidamente y observo todo a mi alrededor, pensando que volví al Capitolio hasta que observo a mi hermano frente a mi.
—Matt me haz espantado.
—Te has quedado dormida sobre el trigo otra vez— me observa mientras coloca sus manos sobre su cadera demostrando lo preocupado que estaba—¿Estabas soñando con Snow?.
—No, y no me he quedado dormida, de ser así los demás me hubieran despertado—observo a mi alrededor, está todo vacío y no hay nadie trabajando— ¿Donde estan todos?.
—Es día de cosecha, ¿no lo recuerdas?.
Día de la cosecha, el día que todos los distritos a excepción del uno y el dos odiamos.
—Maldición, lo había olvidado por completo— respondí en un susurro.
—Vamos, mamá se está volviendo loca— me extendió su mano —¿Crees que nos logremos salvar otra vez este año?.