En esta historia, Apple Poison y Blancanieves viven juntas en el castillo durante el reinado de la Reina Malvada.
Apple Poison comienza a notar que siente la necesidad de ayudar a Blancanieves sin saber por qué. Se siente extrañamente feliz cuando...
Una mañana soleada de primavera la princesa Blancanieves empezaba a limpiar las escaleras del castillo con ropa vieja y rota por órdenes de la reina a pesar de no ser un trabajo para la delicada chica de manos de porcelana mantenía una cálida sonrisa mientras tarareaba una canción.
Por otro lado, Apple Poison que era el fiel seguidor de la reina Grimhilder salía del castillos para traer algunos ingredientes para la reina mientras bajaba las escaleras se encontró con la dulce Blancanieves.
—Buenos días, Blancanieves —dijo manteniendo una mirada rígida.
—Oh buenos días, Apple Poison —soltó con un tono melodioso.
—¿La reina Grimhilder te obligo a trabajar de nuevo?
—Si, pero no me molesta la reina tiene muchos enemigos así que no puede confiar en muchas personas —sus ojos mostraban un toque de melancolía.
—¿Y tú tienes que hacerlo todo?
—No te preocupes Apple no me molesta.
—¿Quién dijo que me importa? —exclamo con rudeza.
Gracias a las palabras de su amigo Blancanieves no pudo evitar soltara una risa limpia ante este gesto Apple se sintió avergonzado sus mejillas se tornaban rosa para disimular sus emociones aclara su garganta tosiendo un poco para poder continuar la conversación.
—¿Qué tiene que hacer?
—Ya terminé de barrer el jardín, ahora limpiare las escaleras y luego solo me faltaría preparar el almuerzo.
—Allí —expreso mientras se quita su saco de color negro con detalles morados y rojos.
—¿Eh? —cuestiono sin entender lo que su acompañante le decía.
—Allí todavía está sucio no sabes limpiar bien —gruño con furia —dame eso —exigió mientras le arrebataba el cepillo de limpieza a Blancanieves de sus manos —lo haré yo mismo.
Este acto hizo que las mejillas rosadas de la princesa se extendieron en una amplia sonrisa que iluminó todo su rostro, sentía que su corazón se derretiría de ternura por el cariño que le expresaba a su manera Apple.
Rápido se levando del suelo para continuar con sus obligación —gracias, Apple Poison te daré una gran porción de comida.
—Solo vete.
Y mientras que Blancanieves se alejaba las mejillas de Apple se teñían en un rojo tan vivo como el de una manzana.
Comic extra:
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