Capítulo 29

31 3 0
                                    

Un par de horas después, entro en la cocina y veo a Jungkook, todavía en
chándal, con un dedo dentro del tarro de mantequilla de cacahuete.

Cuando me mira, pongo cara de asco y él me regala una sonrisa que no llega a iluminar sus ojos.

Parece inquieto.

—Capuchino doble sin chocolate —me acerca una taza de Starbucks
y yo la acepto agradecido—. Te he traído de todo —dice encogiéndose de hombros—. No tenían salmón.

—Gracias —sonrío y me siento a su lado—. Creía que ibas a traer algo para cenar —tomo la bolsa de papel que tengo más cerca, saco un croissant y le hinco el diente con ganas.

—Como has estado durmiendo todo el día, técnicamente ahora es la
hora del desayuno —me pone el dedo debajo de la nariz y yo me aparto en
mi taburete negando violentamente con la cabeza.

Él sonríe un poco y se lo mete en la boca.

—¿Qué quieres que hagamos esta noche?

—¿Puedo elegir? —digo con la boca llena.

Me mira e inclina la cabeza hacia un lado.

—Ya te dije que de vez en cuando tengo que dejar que te salgas con la
tuya —alarga el brazo y me limpia una miga de la comisura de los labios—. Tengo que dar para recibir y toda esa mierda.

Una carcajada escapa de mis labios y casi escupo el croissant a medio
masticar al atragantarme. Toso y me doy unos golpecitos con la mano
sobre la boca.

¿Dar para recibir? Este hombre está loco.

—¿He dicho algo gracioso? —pregunta.

Levanto la vista y veo que está muy serio.

—No, nada, es que se me ha ido por donde no debía —toso un poco
más y el pobre empieza a darme palmaditas en la espalda.

Cuando me recompongo, el videoportero empieza a sonar y Jungkook se levanta para contestar.

—Sí, Chan, que suba —cuelga y deja el teléfono en su sitio—. Es Jay —dice sin mirarme.

—¿Jay? ¿Quién es Jay? —dejo el croissant de nuevo en la bolsa de
papel.

—El portero del bar. Tiene las grabaciones de las cámaras de
seguridad —guarda la mantequilla de cacahuete en la nevera y sale de la
cocina.

¡Mierda, mierda!

¿Las grabaciones de las cámaras de seguridad? ¿Grabaciones en las que aparezco hablando con Taemin?

Creo que voy a vomitar.

Oigo los saludos en la distancia y, momentos después, Jungkook vuelve a entrar en la cocina acompañado de Jay.

El portero me sonríe con aire
malicioso, como si ya hubiera visto las imágenes y supiera lo que se
avecina.

Sí, voy a vomitar.

Me levanto del taburete y me dispongo a salir de la cocina.

—¿A dónde vas? —me pregunta Jungkook.

No me vuelvo. Debo de tener una expresión de auténtico pánico.

—Al baño —respondo dejando a los dos hombres en la cocina.

En cuanto desaparezco de su vista, corro por la escalera y me encierro
en el lavabo, donde me encuentro a salvo del huracán que está por llegar.

Debería haber imaginado que no iba a dejar estar las cosas. Debería haber imaginado que intentaría dar caza al criminal.

Mierda, qué mal.

Me siento sobre la tapa del retrete, me levanto, me paseo en círculos por el cuarto de baño y de repente oigo la manija de la puerta.

—¿Jimin?

Me vuelvo.

—¿Qué? —digo con nerviosismo.

Estoy histérico.

—¿Qué pasa, nene? ¿Estás bien?

Tal vez debería decir que no y fingir que sigo enfermo para poder quedarme tranquilo en el cuarto de baño.

—Sí, estoy bien. ¡Bajo dentro de un minuto! —grito.

Decir que estoy enfermo sería absurdo. Derribaría la puerta para atenderme.

—¿Por qué has cerrado con el pestillo?

—No me he dado cuenta. Estoy haciendo pis.

My, myself & JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora