My baby, Quacks

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El sonido de las aves, el sonido de un arroyo cerca, el crujir de las hojas secas en el sedoso césped, era lo único que se lograba escuchar de la naturaleza, y algunos regaños.

-¡Alexis! Te hemos dicho que no te alejes tanto, por los dioses. -Regaño un azabache de baja estatura con una línea azul en el rostro.

Ya hace varias horas, Luzu, Alexby y Quackity habían ido de exploración, era hora de ver la capacidad del menor de ver que tan resistente era a las caminatas de largas horas. Pero el niño se alejaba demasiado que provocaban pánico en ambos chicos cuando lo perdían de vista.

-¡Alexbyyy! Solo fui al estanque de allá. -Comentó el pequeño patito, haciendo un puchero mirando al mencionado, señalando hacia un costado.

Alexby suspiro y miro hacia donde apuntaba el menor. Era un pequeño estanque, en el cual habían algunos patos, sonrió al imaginarse a Quackity hablando con ellos.

-Bueno... Alexby, podríamos tomarnos un descanso. -Comentó esta vez Luzu, que se había alejado solo un poco para ver que el camino fuera seguro.

Los tres fueron al estanque, Quackity se saco la mochila dejandola ahí tirada y corrió hacia el estanque con el propósito de tirarse en el. Pero antes de poner un pie encima, Luzu lo agarro de la playera y lo alejó de ahí, escuchando una queja.

-No te puedes meter, no traemos más ropa y la que traemos es por si se rompe la que llevas. Al menos que te quieras meter sin nada, y si lo hicieras no traemos algo para secarte. -Reprendió Luzu, dejándolo a una distancia considerable del estanque.

Quackity bufó y se cruzó de brazos, inflando los mofletes. Se había vuelto muy rebelde después de cumplir los 9 años.

-Ya, Quacks. No te enojes. -Lo miro y al ver que este no tenía intención alguna de hacerle caso, suspiro y fue con Alexby que estaba preparando algo de comida. Platicó unos momentos con el y se alejó para ir a buscar algo no tan lejos de ahí.

Quackity se cansó de hacer su berrinche y miro a su alrededor pero no vio a Luzu, se acercó a Alexby y le pico la costilla.

-¡Quackity! No hagas eso... ¿Que pasa?

-¿Donde esta Lusu?

-Oh, se puso triste porque lo ignoraste y se fue. -Apenas dijo esto, el menor se alarmo, sintiéndose mal por haber hecho eso.

-Eso no es cierto. -Finalmente apareció Luzu. Quackity se volteo y fue a abrazarlo.

-Perdón, Lusuu.. -Sollozo.

-No te disculpes, Quacks. Fui por algo para que dejaras de estar enojado. Mira. —Se separó, y se agachó a su altura, después le enseño 2 patitos bebés entre sus manos. Quackity al verlos sus ojos brillaron. —Los encontré acurrucados el uno al otro, no parecían estar con su mamá.

-¿Para mí?

-Si, Quacks. Los puedes adoptar, incluso supongo que podrías hablar con ellos ya que eres un patito igual. -Le entregó a los patos, y el menor los cargo con cuidado.

-Deberás primero pedirle permiso a Fargan. -Intervino Alexby. -Te costará un poco, pero como eres su niño, no tardaras mucho. -Les sonrió y Quackity asintió. -Bueno, vengan a comer.

(...)

-¡Por favoooooorr! -Le rogaba a Fargan. Traía a los dos pequeños patos en sus brazos. -Andaaa, yo los voy a limpiar, les voy a dar de comer, y todo, pero dejame tenerlooos. -Hizo un puchero.

Llevaba alrededor de media hora tratando de convencer a su papá de que adoptaran a los patitos, pero Fargan se negaba en todo momento.

Aunque al ver los ojitos llorosos de Quackity, apretó los labios, suspirando. No le gustaba ver a su pequeño llorar.

-Bien, pero te encargaras tu de ellos, ¿de acuerdo? -Al decir esto, Quackity soltó un grito de emoción, sonriendo.

-¡Gracias papá!

-Si, si.. ¿Como los vas a llamar?

-Tentaculos y Calamardo.

-... ¿Que?

Luego de aquello, varios meses después, Fargan se encariño con los patos y la mayoría del tiempo estaba con ellos, evitando que Quackity se encargará de ellos como se lo había pedido.

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—670 palabras.

Maratón. 1/3