Prólogo

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Hace hace hace mucho mucho mucho...

Existían unos seres gloriosos, bendecidos, con partes humanas y partes de animales, tenían el arte de ser uno con la naturaleza y defenderse utilizando elementos

Fuego

Agua

Tierra

Aire

Pero los humanos bien envidiosos nos quitaron absolutamente todo y trataron de matarnos pensando que éramos demonios, ¡como los odio!

Pero llegó nuestra salvadora a darnos refugio y así acabamos en otro planeta parecido a la Tierra.

Maldición, concéntrate una vez más, esto es super importante para tu examen de historia...


Un joven de cabello largo dejaba caer un libro de historia en su cara mientras estaba recostado en una cama vieja. Él se sentía frustrado, su hogar era un cuarto viejo, rentado del poco dinero que ganaba lavando platos. Las paredes tenían grietas donde vivían arañas y la hermosa humedad sofocante lo acompañaba casi todas las noches cuando llegaba de trabajar. Él era tan joven, con tan solo 19 años ya estaba trabajando de manera forzada, no tenía padres o hermanos, ni siquiera conocía el lugar totalmente. Luego de un minuto arrojaba el libro al otro extremo de la cama con su mano derecha.

Tengo que vestirme, ya se te hace tarde Arashi... Me estoy volviendo loco._

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¡Arashi!, ¿te comiste las frutas que ayer te pasé?, debes de comer más, estás muy flaco._ Decía una anciana cuando el chico lavaba los platos de manera rápida concentrado, estaba escuchando a la señora, es su jefa. La señora volvía a hablarle_. También deberías de empezar a estudiar, mi nieto se inscribió en una de esas escuelas donde niños ricos asisten, le permitieron inscribirse por sus habilidades. Creo que eres capaz de pasar una de las pruebas de esos exámenes_.

¿Escuela?, Arashi suspiraba sin apartar su mirada de los platos sucios que nadaban en el balde de madera. Estaba quieto, escuchando todas las oraciones que salían de la boca de la envejeciente. Luego de varios suspiros tomaba otro plato listo para responder. _. Sí, me las comí todas, gracias. Y... respecto a la escuela, ¿tengo que buscar mis papeles de nacimiento, cierto?_. Dejaba caer sus ojos al cerrar su boca, su rostro era pintado con confusión.

Él no sabía cómo se veían los papeleos, ni siquiera sabía dónde buscar tal información porque esos papeles nunca existieron. Él lo sabía, pero... ¿qué podía decir?. De repente sus cejas se levantaron, se veía tan concentrado. Agarraba un plato, lo acariciaba con su pulgar, ya en su cara nacía una leve sonrisa.

- Así es querido, tienes que buscar tus papeles, recomiendo que hagas todo temprano, muchos ansían entrar allí y pocos logran entrar._. La señora salía de la cocina lentamente dándole la espalda. Arashi dejaba de sonreír justamente cuando la mujer había salido del lugar, tomaba un plato de porcelana que estaba limpio con las palmas de sus manos y lo apretaba tan fuerte que terminaba rompiendolo en grandes pedazos. Se llenaba sus mejillas de aire cuando apretaba sus puños, su rostro se tornaba un poco rojo... Estaba enojado. Sus ojos rojos se llenaron de lágrimas, pero ninguna se desbordaba.

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Había una vez, entre las estrellas del espacio había una estrella la cual tenía un sueño profundo, tenía un sueño frustrado de querer entrar al planeta Tierra, explorarla, dar vueltas entre sus océanos y su fauna. Las demás estrellas se reían de aquel sueño frustrado. "Vas a morir cuando trates de entrar en ese planeta", pero a pesar de todas las burlas la estrella no cambiaba su postura. "No quiero quedarme aquí dando vueltas hasta dejar de existir, necesito cambiar mi rumbo", la estrellita empezó a alejarse de las otras estrellas dirigiéndose al planeta Tierra a pesar de que sabía que iba a morir. Poco a poco desintegrandose en la atmósfera, muriendo, mientras todos sus recuerdos desaparecían. Pero... Su último deseo era seguir viva.

_. Aunque me duela quiero seguir viva, quiero...-

La estrellita perdió todos sus recuerdos con todo el dolor, se volvió materia obsoleta. Al parecer sus compañeras tenían razón, ¿no?

La estrellita empezó a respirar, podía moverse, tenía extremidades, tenía un corazón. Era tan pequeño, era pálido, con un cabello tan negro como la oscuridad del espacio... Era un bebé.

¿Por qué tuve que nacer?, desearía estar muerto.

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Arashi se dejaba caer en su cama en forma de alivio, su cuerpo estaba tenso por completo, respiraba profundamente. Al abrir los ojos salieron varias lágrimas que recorrieron su cara hasta caer en las mantas blancas de su cama. Dejaba salir todo casi todo el aire de sus pulmones... Duraba un minuto sin moverse, hasta que sus lágrimas dejaban de salir. La cara de Arashi era como ver un papel en blanco, algo inexpresivo, incierto. Su cuarto era un desastre, lo único que estaba en buen estado eran varios rollos de papel, tinta hecha de hollín, resinas y especias. Al lado habían varios papeles maobianzhi con sinogramas escritos con la tinta que se encontraba cerca. Los sinogramas describían información personal del pelinegro, su fecha de nacimiento, donde nació, todo falsificado. A pesar de que la señora ya le había dicho sobre las inscripciones de la escuela, ya él sabía exactamente que iba a realizar, tenía todo hecho, calculado. Sus manos llenas de tinta negra se movían de lado a lado, él estaba pensando en todas las posibilidades negativas tanto positivas de lo que podía pasar el día siguiente. Vería muchos jóvenes ricos, luchadores, de buena sangre... eso le gustaba.

Como la tinta se había secado en sus manos, tomaba su cabello y lo acariciaba. Él siempre llevaba su largo cabello suelto, pero por las noches se lo amarraba con un lazo haciéndose una cola de caballo, la tocaba varias veces hasta aplanar su cabello por completo.

Arashi

Es tan agotador vivir aquí desde que me mudé de planeta, todo aquí es diferente. Hay tantas culturas mezcladas, tantas costumbres y tantos idiomas diferentes que deseo volver a mis tierras. Pero... Aquí me siento seguro. Desde que escapé del planeta Tierra tengo una nueva identidad.

No entiendo que hice exactamente después de llegar del trabajo, mi corazón me estaba matando así que por impulso me puse a escribir mis papeles de nacimiento con información falsa. He investigado absolutamente todo sobre aquella escuela donde esa estúpida abuela puso a su privilegiado nieto. Odio cuando me presume a su nieto, lo odio tanto que no puedo evitar sonreír mientras habla mierda. Pero gracias a ella creo que voy a terminar de estudiar, creo que por fin me voy a entender por completo y no seré un completo desastre.

Like a red balloon about to burstDonde viven las historias. Descúbrelo ahora