Bad Morning

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Estaba caminando junto a Arashi. Cuando estábamos en la cima, los dos apreciamos los hermosos árboles, el sol, el viento que acariciaba nuestros rostros. Como el instituto se encontraba encima de una gran colina, era fácil apreciar el hermoso pueblo de Komori. Aunque sabía que a mí lado estaba Arashi, no podía evitar sentirme algo solo ya que él aún se veía estresado, molesto... No me dirigía la palabra como si fuéramos una pareja molesta. Le tenía miedo. Pero, al acercar mi mirada hacia él veía como el viento movía aquellos mechones de pelo negros, sus ojos se veían perdidos en el horizonte. Me sentía hipnotizado con él, quería tocarlo... Por lo menos poner uno de mis dedos en su pálida piel para saber que se sentía tocarlo.

El dedo índice de mi mano se aproximaba a su mano ya decidido a tocar una de sus venas azules que tanto me llamaban la atención. Un sonido de queja salía de la boca de mi compañero, él caminaba bastante incómodo, se reflejaba en sus expresiones. Como un impulso en mis pies caminaba más rápido que él decidido a guiarlo, obviamente observaba el suelo donde caminábamos para no tropezar. No quería dirigirle la palabra, no quería molestarlo más, tengo el presentimiento que discutió con la coordinadora, tendría sentido su enojo. Quizás discutía sobre el festival... Todos están tan alterados.

Narrador omnisciente

Los verdes y grandes árboles eran de las pocas cosas que producían un sonido vacío tan sereno que era inevitable relajarse. Madera áspera con un montón de años reflejaban los grandes miles y millones de años que tenían como cicatrices en aquellas plantas. El sendero de tierra parecía no tener un final, las orejas blancas y peludas de Takumi estaban atentas a cualquier sonido, al caminar él parecía analizar algo, el silencio le estaba incomodando un poco. Arashi caminaba lento... Estaba demasiado aburrido y parecía como en cualquier momento se dormía mientras caminaba. Sus ojos se cerraban con cada paso que daba, todo paraba al escuchar la voz baja y delicada de su compañero. Al abrir sus ojos miraba molesto al peliblanco.

_.Tengo sed. Cerca hay un río, tomemos un poco de agua antes de seguir caminando..._.

Arashi sin decir nada relajaba su rostro dejando un rostro bastante inexpresivo, seguía a su pequeño compañero, bajaban a un lugar donde los árboles estaban más juntos dando sombra. La tierra era poco a poco más húmeda, se escuchaba el agua caer. El río era cristalino, era hermoso admirar las piedras grandes que lo adornaban, se veía un poco profundo ya que habían piedras que se veían lejos en las profundidades del río. Como Takumi traía un pantalón que le llegaba hasta las rodillas se notaba como estas se ponían rosadas al agacharse en el suelo. Juntaba sus dedos manos delicadamente haciendo un espacio para que el agua posara en estas, sus labios carnosos hacían un pequeño sonido al tomar el agua. Arashi estaba recostado en un árbol, admirando con sus ojos rojos a su compañero tomar agua, poco a poco salía de las sombras acercándose al río, pero él se detenía mirando los peces del río con detenimiento, su rostro no se arrugaba o algo por el estilo... Sus pupilas se contraian un poco al ver la profundidad del río, volvía a las sombras del árbol. Como un niño pequeño bastante curioso daba largas pisadas regresando al río. También se arodillaba al río observando los grandes y hermosos peces con sus fríos ojos rojos que se emocionaban poco a poco como un felino acechando su presa.

Takumi volteaba su rostro sin tener vergüenza alguna, inclinando un poco su cabeza sonreía mostrando sus dientes que lo hacían lucir como un pequeño conejo blanco. Preguntaba inocentemente._ ¿Te gustan los peces Koi también?, son mis peces favoritos... Estos que están aquí son como mis amig-..._

Algo salpicaba el agua del río. El pequeño Takumi apreciaba el momento justo donde un puñal era clavado en uno de sus peces que tanto apreciaba. Arashi era quien apuñalaba al animal sin remordimiento alguno, Takumi corría para arrebatarle al pez de sus manos y lo colocaba otra vez al agua tratando de tapar la herida del pez con sus dedos, se veía bastante ansioso. El pez ya no respondía, tragaba saliva y trataba de no llorar en el momento. Temblando abrazaba con cuidado al pez que estaba muerto. Arashi miraba los ojos de Takumi tratando de adivinar como se sentía él. Pero sus ojos que eran tan inocentes se veían bañados de miedo y tristeza. Todo había pasado tan rápido, la cabeza comenzaba a dolerle.

Like a red balloon about to burstDonde viven las historias. Descúbrelo ahora