Capitulo 4. The lucky one

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Stiles estaba acostumbrado a viajar, pero un avión no era el tipo de cosas que podía pagar la loca y enferma de su mamá.

Ella podía pagar camiones o pequeños viajes en la parte trasera de una camioneta de un hombre sucio que la tocaba para hacerla pagar su favor.

Sabe que ella no estaría orgullosa de él, pero también sabe que no es del tipo que puede reclamarle algo pues no le enseño algo mejor, simplemente le enseño que hay que hacer lo necesario para sobrevivir y tal vez eso es lo que está intentando.

Tal vez debería fingir que es un tipo rebelde que escaba de su casa y está a punto de buscar un futuro para sí mismo, tal vez es el tipo de persona que corre de una familia que no lo conoce lo suficiente y va a otro estado en busca de lo que no tenía, pero no es su historia y solo puede culparse a sí mismo por ello.

Las personas como él no tienen suerte.

Intenta convencerse a sí mismo mientras el avión aterriza y el camina hacia su destino, su corazón late con fuerza y esta aterrorizado, pero no tiene otra opción.

Scott estará a salvo y tendrán dinero suficiente para festejar la boda después, esto es su culpa y lo menos que puede hacer es arreglarlo, pero ojalá dejara de doler.

Se quedó parado en medio del aeropuerto con sus maletas en las manos y jugueteo nervioso con ellas antes de soltarlas de golpe intentando tranquilizarse.

Kaiden está a punto de ver a un esposo que detesta, no puede estar tan jodidamente nervioso, simplemente necesita respirar y afrontarlo.

Respirar y afrontarlo.

Respirar.

y.

Afrontar...

-Kaiden –Le llama, Stiles salta asustado antes de mirar al hombre.

Tiene que ser un monstro o Kaiden es el monstruo, de eso no hay duda ¿Cómo alguien podría odiar a un ser tan hermoso? Stiles está completamente seguro de que su cerebro acaba de dejar de funcionar.

Alto, fuerte, jodidamente atractivo como un modelo, pero con lentes que le hacen parecer inteligente, ese cuerpo, esos labios y dios, que bonitos ojos tiene.

Y TRAE FLOREEEEEES.

Rosas, para ser exactos.

Si Stiles tuviera a ese hombre afuera del restaurante estaría listo para regalarle una bebida o su número de teléfono en una servilleta. Esos intentos siempre funcionaron, aunque no terminaron en citas lindas, fue más bien sexo incomodo, pero no se ve como el tipo de persona que te hace pasar sexo incómodo.

No es que vaya a comprobarlo, pero nadie lo puede culpar para tomarse un momento para imaginarlo.

–Kaiden ¿Te sientes bien? –Pregunta.

Stiles niega con la boca abierta para después asentir rápidamente –Si... sí, claro, uhm, sí, me siento bien, perfecto, no es como si el mundo se hubiera puesto 10 veces más caliente en los últimos 5 minutos.

A veces se pregunta si es que en serio existe un dios y si es así entonces Stiles es su payaso, de eso está seguro. Solo un dios con un gran sentido del humor dejaría que todas las cosas que le han pasado simplemente sucedan.

–Claro –Dice molesto. Levanta su brazo con las flores y se las da a Stiles quien tiene que pensar mucho en cómo es que Kaiden debería de reaccionar, pero nada llega a su mente así que simplemente las huele con algo de felicidad.

–Gracias –Murmura. Derek le mira sorprendido, pero asiente.

–Debieron haber hecho algo muy bueno contigo si es que decides agradar –Se burla –No pensé que fueras capaz de decir esa palabra sin vomitar, tu bello cerebrito no podría expresarlo.

Doppelgänger (Sterek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora