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A pesar de que Hanukah y Navidad ya habían terminado, Jimin todavía tenía Año Nuevo para festejar.
Escuchó a algunos miembros de la manada hablando de lo que odiaban cuando las vacaciones terminaban por completo, porque entonces sentían que no había razón para la nieve y todo ese frío. Sólo unos largos par de meses esperando a que se derrita y se fuera. Una vez Jimin había odiado la nieve y el frío en general. Por un lado era más difícil sobrevivir entonces, y por otro, también era más difícil evitar a Duncan y sus matones. Dormir en el exterior era casi imposible, incluso en las noches cuando se vio obligado a hacerlo.
Ahora que tenía a Yoongi, había disfrutado de su primera temporada de invierno y festividades, cálido y amado, ya no pensaba que odiara la nieve.
¿Qué había que odiar al respecto cuando supo que iba a tener un lugar cálido para dormir? ¿Yoongi tendría las mantas listas para que se acurrucaran en la noche? ¿O incluso cuando sólo tenía que entrar para una siesta? A Yoongi a menudo le gustaba sostener y abrazar fuerte a Jimin, y a veces ver televisión mientras que Jimin leía.
Estaba caminando por los jardines de la manada en ese momento, marcando nuevos pasos en la nieve y todavía maravillándose de la forma en que sus pies no estaban fríos en las botas que le habían regalado.
Se había preocupado por eso. Lo leyó mientras Yoongi observaba la televisión. Jimin descubrió que no era del tipo de ver mucha televisión, con una pequeña excepción con KitchenNightmares, que le encantaba mirar junto a Yoongi, pero todo lo demás... bueno, no podía interesarse. Prefería leer. Así fue como se había educado a sí mismo, como se había entretenido, y cómo había aprendido a soñar sobre tener realmente una carrera algún día, mientras había crecido en las calles. Probablemente estaba demasiado viejo para entrar en el hábito de ver televisión ahora.
A Yoongi no le importaba cuando Jimin sacaba el tema de aquella época. Había estado apoyado cómodamente en el pecho de Yoongi, la cálida y peluda manta de Navidad que Yoongi había recibido como regalo de Seokjin, envuelta alrededor de ambos.
―¿No te importa que esté leyendo esto? Quiero decir, supongo que siento como si no estuviera pasando tiempo contigo.
Los ojos de Yoongi se abrieron, justo antes de que se riera y se inclinara para presionar un maravilloso y suave beso en las orejas de lobo de Jimin.
―Casi estás encima de mí. Eso califica como pasar tiempo juntos― dijo.
―Pero no estoy haciendo lo que tú estás haciendo.
Jimin casi puso su libro a un lado, pero Yoongi lo agarró y lo levantó de nuevo, abriéndolo para Jimin para que viera las palabras en las páginas.
―Lee tu libro. La televisión es una pérdida de tiempo. Por lo menos la lectura cuenta como una forma de adquirir conocimiento, aún si estás leyendo una novela con un poco de romance.