¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jimin pensó que iba a morir. Cuando levantó la vista y vio a Duncan de pie, vestido con su chaqueta de cuero café y guantes sin dedos, y una medio sonrisa en su rostro, Jimin literalmente sintió su corazón parar en su pecho.
Su cola dejó de moverse detrás de él, y sus orejas cayeron sobre su cabeza por la vista del hombre.
―Hola, Jimin. ¿Qué haces aquí?
Yoongi pareció notar la incomodidad de Jimin inmediatamente. Sus ojos se redujeron, aunque su voz fue extrañamente tranquila.
―¿Quién es éste, Jimin?
A Duncan no pareció gustarle eso, este hombre bien vestido y de aspecto agradable que había sido claramente el que compró el contenido de todas las bolsas alrededor de sus pies, no sabían quién era.
―Oh, soy un amigo de Jimin. Puedo ver que eres un amigo, también. Jimin, ¿por qué no me dijiste que tenías a alguien cuidando de ti? He estado buscándote por todos lados.
Jimin lo sabía y ahora no tenía la menor idea de qué demonios se suponía que iba a hacer, o lo que se suponía que tenía que decir, quería deshacerse de Duncan antes de que dijera o hiciera algo que hiciera que Yoongi se arrepintiera de todas las cosas que había hecho por Jimin.
―Yo... fui invitado a una manada― dijo. No se atrevió a dar el nombre de Yoongi. No quería que Duncan usara eso en su contra más tarde o tratara de seguirle la pista, aunque era imposible saber lo que haría Yoongi y de si él daría o no su propio nombre.
―¿Una manada?― preguntó Duncan, mirando a Yoongi con renovado interés.
Yoongi sonrió al hombre, sus ojos brillando de rojo, y separando los labios para revelar sus dientes blancos. Sus dientes blancos que habían crecido en las puntas dentro de su boca.
Los ojos de Duncan se abrieron, y dio un paso atrás ante la vista de los colmillos. Claramente, sabía reconocer una amenaza cuando la veía, aunque nadie le dijera una palabra.
―Ya veo― respondió Duncan, frunciendo el ceño antes de poner su mano justo en el hombro de Jimin, como si fueran buenos amigos o algo así. ―Bien entonces, supongo que tú y yo podemos hablar más tarde sobre tus pagos. Estoy seguro de que podemos trabajar en algo ahora, pero no te molestaré más ya que estás con alguien.
―¿Te vas a ir?― Jimin casi no podía creer su suerte, y sus orejas se levantaron en la parte superior de su cabeza, señalando la buena noticia.
Duncan entrecerró los ojos, abrió la boca, pero luego aparentemente se contuvo antes de que pudiera decir nada malo o desagradable frente a Yoongi. Cubrió esa expresión maliciosa con una sonrisa que tuvo a las orejas de Jimin cayendo de nuevo.
―Te veré por ahí, lindo. No vayas a desaparecer de mí de nuevo.
Lo dijo como si estuviera bromeando con un amigo, pero incluso cuando sonrió y se despidió con la mano, y luego dio la vuelta y se alejó, el corazón de Jimin se hundió.