Capítulo 3

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Se quedó mirando, su curiosidad creció, cuando el hombre abrió los ojos y le devolvió la mirada con los ojos cafés más atractivos que Nunew había visto en su vida no cafés intenso, sino más bien ojos celestes pálidos que brillaban en la luz. Eran casi sobrenaturales en su intensidad.

—Nunew Chawarin —Foei dijo mientras se acercó a pararse junto a Nunew—, me gustaría que conocieras a mi empleador, Zee Pruk Panich.

—Hola —dijo Nunew automáticamente. Frunció el ceño cuando el hombre simplemente asintió hacia él. Sin apartar los ojos del hombre, Nunew volvió ligeramente la cabeza hacia Foei—. ¿Está bien?

—Zee está muy enfermo, Nunew —respondió Foei mientras cruzaba las manos frente a él—. Es por eso que se te necesita aquí.

—¿Enfermo? —Ahora que Foei había dicho algo, Nunew pudo ver los ojos hundidos en el pálido el rostro del hombre. Sus ojos lucían un poco brillantes y no tan claros como deberían haber sido. Y había una fragilidad en el hombre que le daba un aire de enfermedad—. ¿Él es el que necesita mi sangre?

—Lo es. ¿Recuerdas cuando analicé la sangre?

Nunew asintió.

—Eres perfectamente compatible con Zee. Sin ti, él morirá.

—¿No puedes encontrar a alguien más con buena sangre?

—Podríamos buscar, pero no estoy seguro de que hubiese suficiente tiempo para encontrar a alguien que fuera compatible con Zee. Su estado es muy grave.

Nunew se estremeció cuando los ojos cafés del hombre simplemente siguieron mirándolo fijamente. No dijo una palabra, sólo miraba.

—¿Por qué no está hablando? —susurró Nunew.

—No puede.

La cabeza de Nunew se levantó hacia Foei.

—¿Él no puede hablar?

—Está muy débil.

—¿Qué está exactamente mal con él?

—Es muy complicado.

Nunew le frunció el ceño a Foei. Apoyó las manos en las caderas y miró al exasperante hombre. Si él estaba renunciando a su sangre, por lo menos merecía saber lo que estaba mal con el hombre.

—Simplifícalo.

Foei frunció el ceño al hombre que yacía en la cama por un momento y luego volvió a mirar a Nunew.

—Zee tiene un raro trastorno genético que está envenenando su sangre. Sin una transfusión de sangre pura, va a morir. Cada día se vuelve más débil.

Nunew hizo una mueca y miró nuevamente a Zee. El hombre se veía muy enfermo. Nunew no podía evitar sentirse mal por el tipo, pero aun así...

—¿De cuánta sangre estamos hablando aquí? —Sentía lástima por el tipo, pero estaba lejos de ser estúpido.

—Pequeñas infusiones solamente, Nunew. Tomaríamos lo suficiente como para no hacerte daño.

Nunew arqueó la ceja y se volvió para mirar a Foei.

—Eso no responde a mi pregunta.

Las cejas de Nunew continuaban juntas en un ceño cuando Zee empezó a reírse, pero la diversión del hombre rápidamente se convirtió en una profunda tos, moviendo todo su cuerpo. Cuando Foei corrió a su lado de la cama para ayudar a Zee a sostener una posición sentada, Nunew lo siguió lentamente. Había algo en el hombre en la cama que atraía a Nunew.

—Cielos, realmente está enfermo, ¿no es cierto? —preguntó Nunew mientras Foei limpiaba un pequeño rastro de sangre desde la comisura de la boca de Zee.

—Lo está, Nunew —dijo Foei—. No estaba mintiendo sobre eso. Sin la infusión de sangre pura, Zee va a morir.

Nunew se sentía como una mierda. No quería estar aquí, y no quería a renunciar a su sangre. Por otro lado, el hombre dependía de él con su propia vida. ¿Podría, sinceramente, a conciencia, decir que no?

—Mira —dijo Nunew mientras se metía las manos en los bolsillos de sus jeans y se balanceaba en los talones de sus pies—, supongo que no me lastimará compartir un poco de mi sangre. No quiero que nadie muera por mi causa. Pero deben empezar a buscar un reemplazo. No puedo seguir donando sangre. Tengo responsabilidades en casa.

De repente Nunew se dio cuenta de lo que había dicho. Echó un vistazo a su reloj y luego gimió, golpeándose en la cabeza mientras maldecía en silencio.

—¿Tienes un teléfono que pueda usar? Tengo que llamar a mi jefe y decirle que voy a llegar tarde.

—Dile a tu jefe que renuncias.

La boca de Nunew cayó abierta.

—No puedo renunciar. Necesito ese trabajo.

Foei se quedó en silencio por un momento y luego súbitamente asintió con la cabeza antes de mirar por encima del hombro a Nunew.

—Vas a ser bien compensado por tu tiempo.

—Yo no quiero tu dinero —espetó Nunew. Arrojó sus manos en el aire mientras caminaba por la habitación, la ira ardía a través de él a una velocidad alarmante—. ¿Qué pasa con tu gente y tu dinero? No puedes comprar cada maldita cosa que quieras.

—Serías uno de los pocos que piensa eso.

Nunew rodó los ojos mientras sus labios tiraban hacia atrás en un giro irónico

—. El dinero no es el principio y el fin de todo el mundo.

Foei se rio entre dientes mientras le guiñaba un ojo a Nunew.

—Tal vez no, pero seguro que hace la vida un poco más fácil.

Nunew cruzó los brazos protectoramente en torno a sí mismo, sintiéndose de repente muy vulnerable. Le dio una patada a la alfombra debajo de él con los dedos de su pie descalzo.

—Sí, bueno, no sé nada de eso. Yo no tengo nada de dinero.

Su cabeza se levantó cuando oyó un resoplido desde el otro lado de la habitación. Los ojos de Nunew lentamente se estrecharon cuando vio la sonrisa en la cara de Foei.

—¿Tienes algo que decir?

—No puedes decirme que no tienes dinero —dijo Foei—. Hemos hecho negocios con tu padre durante varios años. Incluso hemos estado en la propiedad de tu familia. Tu padre tiene más dinero del que pudiera saber qué hacer con él.
—Mi padre lo tiene, sí —replicó Nunew y luego empujó su pulgar en el pecho—. Yo, sin embargo, apenas tengo un centavo a mi nombre. Tengo dos trabajos sólo para mantener un techo sobre mi cabeza. Eso ni siquiera cubre el costo de mi matrícula y los libros. Ser pobre apesta.

Contrato de Sangre - ZeeNunewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora