De manera accidental, Missasinfonia tocó las orejas de Spreen.
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•Le gustaba compartir tiempo con sus amigos, hacer cosas productivas con ellos, o pasar un rato de tranquilidad simplemente bromeando, pero tenía límites como todos. No tocar. Cabeza, orejas, cola (obviamente).
La gante solía querer tocar sus orejas porque era lo que resaltaba en él, pero era molesto cuando era pequeño y no tenía límites acerca de eso porque no tenía idea de cómo decir que hasta cierto punto eso era incómodo.
El límite de no tocar también aplicaba para sus amigos porque le resultó más sencillo negar a todos, y tuvo suerte de que sus amigos a lo largo de su vida lo entendieran y al igual que él tuvieran límites similares, así se sentía bien.•
Ha pasado tiempo con cierto grupito. Shadoune, Quackity y Rubius, y con el tiempo se sumó Missa. Era muy agradable pasar el tiempo con ellos.
Missa había estado un tiempo apartado de los demás, aunque con el tiempo se fue integrando y acabó con ellos, pasando la mayor parte del tiempo con Rubius y Quackity, pues al parecer ya conocía a estos desde antes.
En opinión de Spreen, Missa parecía ser alguien tranquilo, algo inexperto en cosas como combate con los monstruos nocturnos, pero aprende lo que se le enseña y se esfuerza por enorgullecer.•
En días que puede pasar en tranquilidad, a Missa le gusta salir y cuidar de sus animales, en especial de sus ovejas, también da mantenimiento a su huerto y cultiva lo que ya está listo.
Cuando tiene las tareas del día completas, se dirige de nuevo a casa, en dónde la mayor parte del tiempo están sus amigos, más que su casa, parece algo comunitario. Quackity lo acompaña gran parte del día, igual que Shadoune, incluso se quedan ahí a dormir días seguidos. Rubius se aparece por ahí cuando Quackity ya ha tardado varios días en volver. Y Spreen, a él es más común verlo por ahí, no tiene una casa como tal, es más una base con lo básico pues pasa gran parte del tiempo fuera. Shadoune también lo hace, pues lo acompaña a cazar monstruos e ir a minas, pero con menos frecuencia. Si, una razón por la que siempre vuelve a casa y prepara las cosas para la comida, ya que Quackity siempre lo ha de acompañar para cocinar.
No pasa mucho tiempo antes de que Quackity aparezca poco después de medio día en su puerta, con una sonrisa, claro, también está Rubius está vez.
– ¡Missa! –saluda Quackity para luego abrazarlo.
El corresponde el abrazo y mira a Rubius, quien sonríe y lo saluda con la mano.
Los tres entran a la casa y van directo a la cosina, dónde siguen platicando antes de ponerse a realizar la comida, y así pasa el rato, bromeando y comentando su día.
Hoy decidieron hacer algo con carne de cerdo y salsa, aunque sin mucho picante por piedad a Rubius, este ayudaba en cuidar los tomatitos y el picante no tan picante en lo que hervían mientras también decidía que podía hacer para tomar, esto por orden de Quackity.
Missa los miró a ambos mientras empezaban a discutir en broma algo acerca del limón.
Siguió en lo suyo con una sonrisa en el rostro. Casi ignorando su alrededor mientras cuidaba la cocción de la carne, tanto que no notó cuando Quackity se acercó a él, y cuando se dió cuenta le dió unas palmaditas en la cabeza como hacía de vez en cuando si estaba cerca, pero cuando lo volteo a ver no vio al pato mexicano que siempre llevaba un gorro, de hecho volteo porque no sintió un gorro si no un cabello ondulado, oh, era el oso argentino.
¿Espera?¿El oso argentino que tenía un límite con el tacto? Reaccionó unos tres segundos después, mismos que tardo en quitar su mano de la cabeza del contrario, aunque este no reaccionó.
–¡Lo siento, Spreen! –se disculpó al instante, llamando la atención de Rubius y Quackity, aunque volvieron a lo suyo poco después.
Spreen sólo negó y se retiró de la cocina.
¿Qué había pasado? Esperaba alguna otra reacción, un poco de molestia tal vez, o que se quitará la mano de encima. Missa volvió a lo suyo, moviendo la carne que empezaba a quemarse.
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Fuera de casa, Spreen se encontraba un poco ¿Confundido?¿Desconcertado? No lo sabía, si estaba confundido, claro está, pero era por qué no comprendía lo que sentía. Llevó su mano a su cabeza, justo donde Missa había tocado. Él nunca lo había intentado, ¿Será por eso que estaba así?
Shadoune llegó poco después, lo saludó, aunque Spreen no contestó a la primera al perderse en sus pensamientos, recibiendo preguntas curiosas del francés.
Entraron juntos a la casa, siendo saludados por los tres, aunque Missa evitó a Spreen sin saber exactamente qué hacer.
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Durante la comida, Spreen estuvo más callado de lo usual, mientras Missa se distraía con Quackity, evitando mirar a Spreen.
«Seguro está molesto conmigo» Pensaba Missa.
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¿Qué estaba pasando en realidad?
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Juntos - Misspreen
FanfictionAmbos se tienen uno al otro, aunque no lo sepan, aunque lo ignoren.