[o1] Confuso - Pasando el rato.

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[Offtopic;; me  sorprendo  de  como
no  puedo ver la letra gigante en los
exámenes  de  vista  pero  si  puedo
distinguir a una puta araña viéndola
menos de un segundo.]



  Por dos días Spreen no entro a cuevas ni se enfrentó a monstruos por diversión, se encontraba lo suficientemente distraído para pensar en aquello, como para defenderse, ¿Qué le pasó?

  MissaSinfonia. Fue él, ¿Pero por qué? La mayor parte de su vida le fue molesto que los demás tocaran sus orejas, acariciaran su cabeza, pero con Missa, con él fue... Diferente. No sintió la molestia, no hubo el desagrado o el impulso arraigado en él de quitar la mano ajena de su cabeza, simplemente se quedó ahí.

  Aquello lo tenía disociado de su entorno, solo pensando en aquello, que no notó cuando Shadoune se acercó sin cuidado alguno, lo tomó desprevenido que se asustó.

– Ah, Shadoune –dijo una vez se compuso del susto.

  Shadoune solo se confundió, Spreen no era así.

  A petición de Spreen, Shadoune intentó tocar sus orejas de oso cuando estuviera distraído minando, y el momento fue cuando encontraron 7 diamantes juntos, y como Shadoune esperaba, al tocar, Spreen lo apartó inmediatamente, como se enojó inmediatamente recordó que él lo había pedido.

  Bien, entonces no era que simplemente hubiera dejado de lado aquel hábito de apartar a las personas que lo tocaban, si no que Missa simplemente tenía algo, ¿Eso era bueno o malo?

  Shadoune pidió explicación, tenía curiosidad.

– Vos sabés que no me gusta que me toquen las orejas –comienza Spreen.

– Me has apartado cuando lo intente.

– Si... La cosa es que alguien que me agrada... mm... ¿Desde que lo conozco? –Spreen no sabía cómo explicar aquello, era todo un caos–, bueno, e-ella –Aún no quería decir que era un chico de nombre Missa que prácticamente veían todos los días– me dió palmaditas en la cabeza y fue... Fue... Ahhh!! –soltó entre un grito o queja.

  El oso tomó el pico que llevaba y lo clavó con fuerza en la piedra, llenó de frustración al no poder expresarse, al sentirse como un niño.

– Ya, ya, esa chica te trae mal –dijo Shadoune tomándolo por el hombro.

– Creo que me molestó, nono, no se que fue, pero se sintió mal cuando quitó su mano...

  La persona más agradable que había conocido lo había hecho sentir mal, pero él no dejó hacer algo que quería. Oh, se sentía tan perdido.

  Regresaron juntos, con los minerales que encontraron, y como era costumbre, se encontraban fuera de la casa de Missa. Dentro se podían escuchar las voces de Missa y Quackity cantando alguna canción mexicana. Shadoune entró primero, saludando a ambos con gran entusiasmo, mismo que le regreso Quackity agitando levemente sus alas de pato. Seguido de Spreen, que los saludó con una sonrisa y un movimiento de mano.

  Spreen fue a la cocina a buscar agua, Shadoune fue con Quackity, siguiéndole la corriente comenzó a cantar la canción mexicana. Sin saberse la letra pero con una sonrisa al compartir tiempo con su amigo Quackity.

[Algo está mal, ¿No crees?]

  Shadoune apreciaba la sonrisa de Quackity. Algo había en el que transmitía paz, que te hacía sentir bien en los días más grises. Era algo tan...

Tu es si beau –Cosas que solo se animaba a decir en su idioma, cosas que solo podían quedar en aquello, algo que Quackity solo tomaría como un juego, como los demás.

– Ay~ Dime más –bromeó Quackity, como siempre.

J'aimerais que ce ne soit pas un jeu.

[Basta]

  Shadoune se apartó con una sonrisa, yendo dónde Spreen, que se encontraba riendo con Missa mientras esté fingía ser un chef y preparar algo. Bueno, ya parecía un chef, pero esa clase de juegos siempre eran divertidos, junto con aquel caracteristico toque humorístico de Missa.

  Después de un rato decidió retirarse, iría a su casa/base, aunque al momento Quackity preguntó si podía ir con él. Su casa quedaba cerca de la ruta de Shadoune. Shadoune apenas dudó pero aceptó.

  Durante el trayecto, Quackity no dejaba de hablar de varias cosas graciosas que le pasaban con Rubius, desde simples "peleas" por la pronunciación de algo o su nombre hasta burlas por su edad, que si uno era muy joven o el otro muy viejo. Shadoune no hizo más que escuchar.

  Llegaron al punto dónde sus caminos se separaban, Quackity iba a casa con Rubius mientras se despedía, Shadoune seguía su camino solo.

  Por su parte, Spreen y Missa pasaban un buen rato mientras preparaban hotcakes para su cena. Missa estaba feliz de que Spreen no hubiera llegado cansado como solía hacerlo, sino que ahora podía pasar más tiempo con él.

– Pero así no va la receta –decía Spreen.

– Esto es gourmet –contestó Missa en broma mientras echaba un poco más de leche de lo recomendado a la mezcla, aunque no tenía muy en claro que era gourmet–, es así como se preparan los hokeis.

  Se podría decir que durante todo el tiempo junto a Missa, Spreen no paraba de sonreír.

  Al estar preparados los hotcakes, Missa puso demaciadas cosas al suyo, aunque al final no lo comió, pues resultó algo no muy agradable a la vista.

  Al final los dos olvidaron sus preocupaciones del día, incluso las más insignificantes ,como la preocupación de Missa por una posible molestia de Spreen, y Spreen las emociones que lo atormentaban.

Juntos - MisspreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora