Capítulo nueve

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- Disculpa, ¿Sabes dónde está el salón 3-B? - Una dulce voz llamó la atención de Luz, que asintió, apuntando a una dirección. - Muchas gracias.

La morena asintió de nuevo, siguiendo la lectura de su libro, esperando a Amity. No la veía desde el viernes donde pasó "eso" y estaba nerviosa sobre cómo la chica iba a comportarse con ella. Ante todo, no quería que se comportara seca, no quería que la ignorara y no quería que se comportara diferente.

Si ella no lo iba a hacer, tampoco Amity.

- ¿Estás leyendo Demian? Es mi libro favorito.

- Es de una tarea de literatura.

- Oh. - La chica frunció sus labios al mismo tiempo que se quedaba junto a Luz, y ella volteó a verla, llamando su atención.

- Disculpa, ¿Necesitas algo más?

- La verdad es que soy nueva y no sé dónde apuntaste. - Mirada baja, manos juntas y postura regida. La morena recordó cuando volvió a repetir año y todos se sentían atemorizados con su presencia. Cerró su libro, miró la puerta, verificando que Amity todavía no venía, y tocó el hombro de la chica, que sus ojos rápidamente se guiaron a esa mano.

- Si quieres te llevo, salón 3-B, ¿Verdad? - Comenzaron a caminar con un silencio incómodo, y más para la morena que sólo hacía pequeñas muecas con sus labios, presentando la incomodidad.

- ¿Cómo te llamas?

- Willow Park.

-Yo soy Luz Noceda. - Una risita por parte de la chica, y ahora la morena bajó la mirada.

Era buena socializando, sólo que no sabía qué hacer junto a una chica linda, no quería parecer una completa idiota, o no quería hacer saber eso. Relamió sus labios al mismo tiempo que seguía caminando inundada en un silencio incómodo. Y realmente se cuestionó si así había sido una sola ocasión con Amity.

Los silencios con la Blight jamás existían porque se la pasaban hablando ambas, cuando una no quería hablar, la otra hablaba y hablaba para hacer sentir mejor a la otra, sea contando chistes o contando anécdotas graciosas, y siempre lograban sacarse una sonrisa. No era así con Willow.

Llegaron hasta el nombrado salón, haciendo a Luz parar, pero la peliazual sólo la miró.

— ¿Crees que podamos comer juntas hoy en el receso? Soy nueva y no conozco a nadie, ¿Puedo?— La boca abierta de la morena señalando sorpresa, sus ojos que tenían forma de media luna, muy abiertos, y sus cejas alzadas hicieron a Willow reír, sacando otra risita nerviosa de Luz.

— Claro, no hay problema, ¿En qué salón estarás antes del receso?

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- No puedo creer que hoy llegué tarde, tuve que entrar por la ventana. — Se quejó la ojiambar, y Luz solo veía los salones por los que estaban pasando, llamando la atención de su mejor amiga. - ¿Buscas algo?

- El salón 6-H.

- Está por allá, ¿Para qué?

- Hay una chica nueva y la invité a almorzar con nosotras. - Amity sonrió, asintiendo.

— Nuevos amigos, me agrada, te acompaño por ella. - La mayor asintió, y guardó sus manos en los bolsos de su sudadera, caminando con una Amity habladora, que solo hablaba y hablaba sobre su día, haciéndola sonreír nuevamente.

- Así que entraste por la ventana.

- No me podía levantar porque me duelen las piernas, no pude caminar por todo el fin de semana. - Había veces en las que la menor no tenía filtro y muchas de esas apenaba a la mayor, porque sin darse cuenta, contaba cosas privadas de ellas dos.

Muchas veces Amity terminaba contando varias cosas en voz alta, llamando la atención de otras mesas, y siempre terminaba diciendo algo que incomodaba al comensal del lado, haciéndolo marchar, cosa que ambas encontraban divertido, y vergonzoso.

Apenas llegaron, una cabellera azúl saltó de alegría al divisar con sus ojos a la morena, quitándose los audífonos para pararse frente a las dos chicas, que las veían con una sonrisa.

- Hola, soy Willow, mucho gusto. - Amy había aceptado el saludo con gusto, sonriendo, y Luz sonrió más fuerte al ver esa sonrisa, sintiendo de nuevo esas mariposas en su estómago.

-Soy Amity, el gusto es mío. - Volteó a ver a la morena, que tenía una sonrisa estúpida, y luego la codeó, sacándola de su trance. - Vamos a nuestro lugar, hay un buen clima hoy.

Ambas asintieron, viendo a la menor caminar lento, mientras la cabellera azúl se acercaba a Luz, sonriendo pícara.

- Oye... A ti te gusta Amity, ¿verdad?

— ¡No, es mi mejor amiga! ¿Por qué dices? — Abultó sus labios, entrecerrando sus ojos y alzando sus cejas, y luego rió, volviendo a susurrar.

- La forma en que la miras es como toda mujer desea ser mirada. - Comenzó a contar. - Sólo la ves a ella, sonríes en cuánto sonríe, y suspiras cada que ella se mueve, si eso no es amor no sé qué es.

- ¿Por qué todos se dan cuenta menos ella? - Ver a Willow suspirar, fruncir sus labios y luego arrugar su ceño hizo a Luz repetir su acción.

- Debes decirle.

- A ella le gusta alguien más.

- Dile que tienes un crush con ella.

- Es más difícil de lo que crees. - Willow rió, y luego volteó a verla.

- Me gustas.

El sonrojo golpeó a Luz, sus mejillas sonrosadas, sus ojos bien abiertos y sus labios fruncidos, aparte de que comenzó a verificar varias veces si había escuchado bien las palabras de la peliazul.

- Me acabas de conocer.

- Eso no me impide estar enamorada de ti, Luz Noceda. - La otra torció sus ojos, y luego resopló. - ¿Nunca intentaste darle celos?

- No le gusto, sería estúpido.

- No sé, juntarte más con alguien, pasar más tiempo con alguien, ya sabes... celos en todo su resplandor.

- Esplendor. - Corrigió. - Y no, jamás.

- Inténtalo...

Verla fruncir sus labios junto con su ceño, significa que estaba pensando algo.

- Los celos son algo feo... no me gu-

- Vaya, llegamos. - Dijo Willow sentándose a su lado, dejando a una Amity con el ceño fruncido, que se sentó frente a Luz - ¿Qué dices del poder de los celos?

- Oigan, dejen de secretearse... - Una pelilila haciendo un puchero fue más que suficiente para que la mayor empujara a Willow unos centímetros de ella, y luego Amity sonrió. La de lentes la miró con una sonrisa.

Diet of SexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora