Meant to be yours {Bimboier}

02 - Dead boy walking

ADVERTENCIAS: ⚠️
Referencia a uso de alcohol y a asesinato, mención de sangre y muerte, manipulación (aunque eso es para toda la historia en general xd) y ataque de nervios/ansiedad. No hay violencia gráfica pero por si acaso cuidado por favor.

•••

Missa no podía parar de pensar en una sola cosa desde hacía unos días, su gato, su querido gatito. Nada más adoptarle se había asegurado de dejarlo en casa de Roier, pensando que ahí no podría pasarle nada malo. Confiaba en el castaño, era su amigo después de todo, jamás permitiría que algo le pasara a su querida mascota.

¿No?

Observó con incredulidad como la mesa donde lo había dejado sentado estaba completamente vacía, sin ningún rastro del animal. Roier le miró, preocupado, esperando a que Missa dijera algo.

-¿Dónde está mi gato? -preguntó mirando a Roier nervioso.

-Missa, no lo sé.

-Roier, ¿dónde está mi gato? Lo había puesto aquí -señaló con impaciencia sobre la mesa.

El castaño le miró y Missa pudo percibir miedo en sus ojos.

-Missa tenemos cosas de que hablar -el pelinegro no dijo nada, esperando a que Roier continuara-. ¿Te... te acuerdas de Spreen y Quackity?

El chico asintió y Roier tragó saliva, nervioso:

-La otra noche, por algún motivo, mataron a mi perro y traicionaron mi confianza, y tu gato... -miró de reojo el sitio donde debía estar dicho animal- Me temo que no está por el mismo motivo.

Missa frunció el ceño acercándose un paso al castaño haciendo que este retrocediera otro.

-¡¿Y qué culpa tenía mi gato Roier?!

-¡¿Tú crees que yo sé por qué hicieron eso?!

-Roier, Roier, escúchame -le sostuvo por los hombros, sus manos temblaban-. Debe haber un malentendido ¿okay?

-Missa -Roier se alejó de él, abrumado-, nos traicionaron.

-Ese gato no trajo nada más que paz a esta casa, ¿cómo es posible que le hayan hecho algo?

-Lo sé, lo sé Missa, pero ya no está y mi perro tampoco-

-¡Me importa una mierda tu perro! -le interrumpió- Ni siquiera lo conocí.

Roier le observó en silencio, dolido por sus palabras y observó como Cucurucho bajaba las escaleras de la casa extrañado, alertado por los gritos.

-¿Y dónde estabas?

-¿Eh?

-¿Dónde estabas la otra noche cuando te ocupaba?

-No, no, escúchame -Missa llevó una de sus manos al puente de su nariz, frustrado-, cuéntamelo todo, ¿qué pasó?

-¿Te acuerdas del negocio de los tacos? Todo ocurrió por los tacos, Spreen y yo apostamos que él no conseguiría ciertos ingredientes en 15 minutos y, mediante algo, no sé el qué, volvió a los seis minutos con todo. Obviamente le dije que era mentira, que había hecho trampas, así que llamé a Quackity para que abogara por mí, pero empezó a hacerse el pendejo diciendo que le tenía que pagar o no sé que madres. Después Spreen me persiguió y me mató, para después hacer lo mismo con mi perro, y supongo que con tu gato también.

Missa escuchó en silencio y le miró, confuso:

-Debe haber un malentendido.

-No Missa, no estás entendiendo, no lo quieres aceptar -Roier se acercó a él.