Meant to be yours {Bimboier}

05 - Meant to be yours

La canción de arriba es la del musical, este capítulo (al igual que los demás) tiene diálogos sacados de la letra de las canciones que corresponden al título de cada capítulo. Esta es la más icónica de todas, además del título del Fanfic, así que he pensado que era buena idea ponerla, además se hizo viral en Tik Tok un tiempo así que tal vez la reconozcan. Aviso que está en inglés y no hay subtítulos, pero está la letra. Xd

AVERTENCIAS: ⚠️
Mención de sangre, hay uso de armas de fuego, muerte y destrucción, acoso(?? y bombas. :)

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La adrenalina era algo de lo que le habían hablado más de una vez, aquel sentimiento de peligro que inundaba tu cuerpo, poniéndote alerta ante cualquier cosa y que, para algunas personas, era una de las mejores sensaciones. Roier la había sentido más de una vez, una de ellas cuando Spreen le perseguía con la intención de matar a su perro, aunque aquello fue algo terrorífico. Ahora también la sentía, mientras guardaba sus cosas en una pequeña mochila, pero era diferente, estaba emocionado de lo que podría llegar a pasar, obviamente algo de miedo tenía, pero estaba seguro de que el destino iba a ponerse de su parte.

Observó el trigo que había plantado hace poco, unos pequeños tallos verdes asomaban por la tierra húmeda. Abrió uno de los baúles donde acostumbraba a guardar la comida, sacando algo de pan y algunas manzanas, con eso debería bastar para aguantar unos días.

Miró la mochila entre sus manos, preocupado de llevar todo lo necesario, tenía ropa, agua y comida. Podía subir a la planta de arriba y conseguir algún arma que tuviera por ahí, una espada sería suficiente. Dejó la mochila en el suelo, precipitándose a subir las escaleras, sin embargo el ruido de la puerta de la casa abriéndose llamó su atención. Lo primero que pensó era que se trataba de Spreen, tal vez ya había terminado de preparar el refugio y venía a por él.

-¿Spreen? -le llamó dudoso.

No hubo respuesta al otro lado, y algo dentro de él le decía que estaba en peligro. De repente algo golpeó la puerta del sótano, en un intento de abrirla, Roier se alejó de ella aterrorizado.

-Roier -aquella voz la conocía demasiado bien-, siento la mala educación, amor.

-¡Sal de mi casa! -la voz le temblaba, pero intentaba mantenerse firme.

Otro golpe. Roier agradecía internamente a su yo del pasado por no haber incluido a Cucurucho en la lista de la puerta del sótano.

-No te preocupes -habló de nuevo el albino- te lo perdono todo, sé que me delataste cariño, y debería matarte por ello, pero voy a fingir que nada ha pasado.

-¡Déjame en paz! No quiero seguir formando parte de tu estúpido plan.

-Roier no lo entiendes -más golpes contra la puerta-, te quieren alejar de mí, te han cegado y te han lavado el cerebro, pero puedo hacer que vuelvas a confiar en mí. Tan solo déjame entrar.

Roier podía escuchar la ira en su voz y sabía de lo que era capaz de hacer cuando quería salirse con la suya. Debía pensar en alguna forma de salir de allí y rápido.

-No sabes cuanto me dolió cuando te escuché contarle todo a Spreen -su respiración se cortaba, como si estuviera a punto de llorar-. Pero tú eres quien cambió mi corazón Roier, sé de qué eres capaz, eres como yo y me voy a asegurar de que esta isla se vaya a la mierda.

-T-tú -intentó decir Roier con la voz temblorosa-, no te entiendo ¿Cuál es la finalidad de todo esto?

Una leve risa escapó de los labios de Cucurucho:

-¿Te crees que soy feliz en esta estúpida isla? Quiero acabar de una vez con este experimento. Mataré a todos los conejillos de indias que Quackity trajo y después acabaré con él para por fin ser libre. Se va a arrepentir de todo lo que me hizo.