𝟬𝟮; 𝗛𝗔𝗦𝗧𝗔 𝗕𝗨𝗘𝗡𝗢𝗦 𝗔𝗜𝗥𝗘𝗦.

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Cristian y Lisandro aceptaron sin dudar la propuesta de jugar en las juveniles de boca

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Cristian y Lisandro aceptaron sin dudar la propuesta de jugar en las juveniles de boca. Cada uno con la aprobación de sus padres, aunque de parte de Cristian fue muy complicado de conseguir, ya estaban a punto de viajar hacia la ciudad de Buenos Aires.

Claramente, al igual que las reacciones por la propuesta, las despedidas también fueron totalmente diferentes.

-En cuánto llegas a Ezeiza me llamas, cuando te tomes un taxi tambien me llamas y ...-

-Y cuándo llegue al hotel también te llamo- termino Lisandro la oración de su madre -Ya me lo dijiste como cuatro veces en lo poco que va de día ma- ríe despacito.

-Buenoo, es que quiero que me avises todo, quiero saber que estás bien allá- responde Silvia -¿Estas segurísimo de esto hijo?-

-Silvia, Lisandro va a estar bien allá, sabe manejarse, y si no, va a pedir ayuda, el puede solo, ya está grande- su padre abraza a su mamá de costado, mirando ambos a su hijo.

-Ayy estás tan grande Lisi- puchereo Silvia.

-No vayas a llorar mamá, ni que me hubiera muerto- su madre le da un correctivo acercándose para abrazarlo -Voy a estar bien, enserio, este es mi sueño ma-

-Lo se, estamos muy orgullosos de vos Lisi-

Mientras sucedía está despedida tan tierna entre los Martínez, en otra provincia no estaba pasando lo mismo.

Cristian se encontraba solo con su valija esperando la hora de que salga su vuelo para Buenos Aires. Sus padres firmaron para que pudiera viajar aunque seguían sin estar de acuerdo con lo que su hijo decidió, por lo que le dijieron que si nada salía bien, no vuelva llorando por el fracaso.

Romero estaba muy decidido en que está era la oportunidad de su vida, siempre soño con que lo llamarán de algún club importante. Pero el sentimiento de no sentirse acompañado era muy doloroso.

-¿Vos te pensas ir sin despedirte de mi Cristian Romero?- de pronto una voz muy conocida se hizo presente, haciendo que Cristian se diera vuelta, encontrándose con su querida abuela.

-Abue, ¿que haces acá?- exclamó muy sorprendido, mientras la señora se acercaba a abrazarlo.

-Vine a despedir a mi nieto favorito, no le digas a los demás igual- ambos rien ante lo que dijo la mayor -Asi que te ibas a ir sin saludar a tu abuela, que mal eso che- le recrimina mientras se sienta al igual que Cristian.

-Todo paso muy rápido abue- le confiesa -Pero muchas gracias por venir, al menos vos si viniste para despedirme-

-Ay Cristiancito- suspira su abuela -La verdad es que yo no estoy para nada de acuerdo con lo que tus padres piensan eh - niega levemente -No entiendo cómo no te apoyan en esto, era lo que vos tanto querías, ¿o no?-

-Si abue, este es mí sueño, tengo la posibilidad de cumplirlo y no pienso perderla- exclama confiado -Solo me pone mal el hecho de que mis papás no esten orgullosos de mí por conseguir esto-

-¿Sabes que?- hace una pausa, mirando con una sonrisa a su nieto -Yo estoy muy orgullosa de vos, y deseo que puedas cumplir todos tus sueños, ojalá poder estar viva para cuando debutes en primera o quien dice en tu primer mundial-

-Ay abue- Cristian ya estaba a punto de llorar -Gracias por tu apoyo incondicional- expresa mientras la abraza -Ojalá seas eterna abue, y que sepas que todo lo que haga va a estar dedicado a vos-

[...]

Luego de muchos abrazos y de asegurarle a su abuela que la mantendría al tanto de todo, Cristian pudo tomar el vuelo hacia Buenos Aires.

Ya habían pasado unas horas desde que llegó a la ciudad y por lo tanto también al predio de boca, donde se quedaría tanto el cómo los demás chicos que vienen de otras provincias.

La hora en que los habían citado ya se acercaba, por ende Cristian ya estaba bajando hacia el salón del lugar.

En este mismo ya se encontraban algunos chicos, para Romero todos ellos eran completamente desconocidos, pero algunos ya empezaban a hablar entre si y entablar, quien dice, una nueva amistad.

Cristian se sentó en un lugar que encontro libre a esperar que llegara el técnico para hablar con ellos. A los minutos, dos chicos se acercaban hacía donde el se sentó, e imitando su acción se sentaron a su lado.

-Holaa- saludo sonriente un morocho -Me llamo Nahuel Molina, ¿y vos?-

-Hola, Cristian Romero- respondió simple, mirando al acompañante de Nahuel.

-No me diga que so' cordobe', yo también culiado- exclamó feliz Molina.

-Si, de ciudad de Córdoba, vos de dónde?-

-De Embalse, la mejor ciudad de Córdoba- sonrió de costado.

-¿Y vos..?- Cristian se atrevió a preguntarle al otro chico, que hasta ese momento no había emitido palabra alguna.

-Me llamo Lisandro Martínez, yo soy de Gualeguay, Entre Ríos- respondió Martínez.

-Yo creo que podríamos ser grandes amigos- exclamó Nahuel, abrazando a los dos por sus hombros -Dos cordobeses y un entrerriano, podríamos llamarnos los del interior- los tres chicos rieron a la par. Sin problema alguno empezaron a hablar entre ellos, contando un poco de cada uno.

Capaz Nahuel tiene razón, y de acá puede salir una amistad entre tres chicos inseparables.

Capaz Nahuel tiene razón, y de acá puede salir una amistad entre tres chicos inseparables

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n/a: buenaaaas, esperamos les guste💞💞

-mily y lula.

𝗨𝗡𝗢 𝗟𝗢𝗦 𝗗𝗢𝗦; 𝗰𝘂𝘁𝗶𝗹𝗶𝗰𝗵𝗮.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora