𝗨𝗡𝗢 𝗟𝗢𝗦 𝗗𝗢𝗦; 𝗰𝘂𝘁𝗶𝗹𝗶𝗰𝗵𝗮.

𝟬𝟯; 𝗟𝗔 𝗣𝗥𝗜𝗠𝗘𝗥𝗔 𝗦𝗢𝗡𝗥𝗜𝗦𝗔

La amistad entre Lisandro, Cristian y Nahuel crecía con el correr de los
entrenamientos y el tiempo en sí. Solían pasar bastantes momentos juntos, disfrutaban de la compañía del resto. Se complementaban con facilidad.
Los tres eran del interior y comprendían como se sentían los otros dos; eso de estar en la capital del país, totalmente distinta a vivir en el interior, lejos de su familia, amigos y el entorno en el que habían nacido y se habían criado.
Pasaban casi todos sus días juntos, solían compartir todo el tiempo que podían juntos aunque claramente con limitaciones al tener distintas responsabilidades. Lisandro y Nahuel seguían estudiando, Cristian había comenzado a trabajar y los estudios no habían sido retomados después de dejar Córdoba.

-Muerto, muerto 'toy- dijo Cristian tirándose en su cama.

En la contraria se encontraba Lisandro junto a Nahuel jugando a las cartas.

-¿Mucha gente?- preguntó el entrerriano.

-Seh, bastante- asintió Cristian cerrando los ojos.

-¿Querés algo calentito para tomar, Cris?- preguntó Nahuel. -A casa, pichón- se burló de Lisandro que pierde nuevamente.

-Por lo menos yo se jugar al truco- alzó sus hombros.

-Me re sirve- asintió el cordobés. -¿Cómo les fue a ustedes en la escuela?- preguntó abriendo un ojo y mirando a Lisandro que está recostado en la cama del lado.

-A mí bien, a otro; que no voy a dar nombres, pero empieza con N y termina con Nahuel, se le declaró una menor- comentó de forma burlona.

-Jodeme- rió Cristian.

-Ya tenía que ir el de chismoso- se quejó Molina llevando las tazas en una bandeja. -Hay té acá nomás, así que será té- comentó apoyando la bandeja en su cama.

-Vení, no mordemos- palmeó la cama Lisandro.

Cristian se levantó, pero antes de ir a sentarse con sus amigos se cambió la remera por una limpia junto a un buzo.

-Entonces, se te declaró una menor- afirmó Cristian y se carcajeó junto a Lisandro viendo el rostro de Nahuel.

-En el recreo, cae con las amiguitas atrás y me dice que le gusto. Me quería morir- le contó Nahuel haciéndolo reír.

-¿Y vos qué le dijiste?- preguntó tomando su té.

La charla siguió hasta tarde, después del té vino una sopa de sobre y aunque no era la mejor cena, con la compañía que se hacían era más que suficiente.
Oscureció con rapidez por la época del año en la que estaban, el invierno iba asomándose y dos de tres amaban ello. El Cuti siempre iba a preferir el verano.

-Muchachos, no es por nada, pero quiero dormir.. - comentó Nahuel al tener dos okupas en su cama mirando una película de dibujos animados.

-Dormí- le contestó Lisandro para molestarlo. -Igual, si me acuesto en mi cama no veo la tele de donde estoy, encima que es una mierda así chiquitita. Dejame hasta que termine la peli y me voy, a este correlo nomás- bromeó mirando a Cristian.