Chaeyoung, no me gusta que comas tanto

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Días habían pasado de aquella escena incómoda de un lunes por la mañana, claro, no es como si todo hubiese sido brillos y colores, pero Chaeyoung aun así amaba su relación. Era su sueño, ella estaba enamorada y lo sabía... quería creer que Mina también lo estaba.

Mina era una persona fría, le gustaba tener su espacio y tiempo -incluso si eso era estar todo el día alejada de su novia y no hablarle ni mirarle-, no le gustaba que la presionaran con mensajes, no le gustaba que le tomasen la mano mucho tiempo, no le gustaba dar pruebas de afecto en público y en sí no le gustaba nada referente a lo romántico en demasía.

O parecía que eso no le gustaba únicamente con Chaeyoung, su novia.

Parecía curioso, ya que si no lo especificabas nadie sabría qué Mina tenía novia y que esa novia era Chaeyoung. Y eso a veces era triste para la menor, ya que casi nadie del instituto sabía de la relación de ellas dos. Únicamente el grupo de amigos de Mina y las dos únicas amigas de Chaeyoung.

A veces Chaeyoung se sentía avergonzada o muy triste de lo que sucedía, muchas veces había tenido que tragar el nudo en su garganta y aguantar esas ganas de llorar en frente de todos. Mina no le era infiel, ni tampoco le faltaba el respeto, no era su culpa que llamara la atención de todos los del instituto. Chaeyoung sabía que tampoco era culpa de estos Chicas en absoluto que coqueteasen con su novia ya que ellos no sabían que Mina tenía pareja. Mina tampoco lo especificó.

Muchas veces la menor se sentía como un adorno que tenía que estar al lado de Mina las veces que ella quisiera, sabía que este pensamiento era tonto e injusto para su bondadosa novia. Mina no merecía todas las estupideces que Chaeyoung pensaba, ya que esta no hacía nada malo pero la mente de la rubia le jugaba en contra a sí misma.

Mina es una novia perfecta, sabía eso.

Mina es una novia amorosa, a veces.

Mina es una novia que te cuida, cuando se lo rogases.

Mina es una novia que te acompaña a casa, cuando sus amigos ya se fueron.

Mina es una novia que te halaga con hermosas palabras, únicamente si estas tal y como ella quiere.

Mina es...

Chaeyoung salió de sus pensamientos cuando sintió un fuerte golpe en su hombro, producto de un choque en ella. Levantó su mirada felina y observó como Momo le daba una cínica mirada y se sentaba al lado suyo. Era una de las amigas de Mina, casi mejor amiga, y lastimosamente Chaeyoung no le caía bien a la chica y esta se esmeraba en hacer sentir incómoda a la menor en todo momento.

- La pequeña bolita de grasa vino a sentarse con nosotros ¿a que no es tierna? - Momo le apretó fuertemente la mejilla a Chaeyoung, haciendo que esta soltara un quejido.

- Basta, por favor - susurro avergonzada Chaeyoung, acercándose más a Mina y buscando su protección.

- Te he dicho miles de veces, marica, que no te sientes en esta mesa y tu obeso trasero siempre termina aquí - Momo le susurro en el oído, con odio en su voz.

Nadie se dio cuenta de la mirada llorosa de Chaeyoung y como la japonesa le susurraba cosas.

- De-Déjame - murmuró con voz temblorosa.

- Ahora la mariquita va a llorar.

- Le diré a Mina que me estás molestando - amenazó Chaeyoung con miedo.

Momo soltó una risa ligera mientras veía con sus ojos negros como Mina conversaba perdida con Sana

.- ¿En serio crees que a Mina le importas? Ella sabe todas las cosas que te digo y sin embargo no me ha dicho nada, ni en lo más mínimo - sonrío con burla y observó el semblante triste de la menor -. Aunque no la culpo, quien carajos querría estar pendiente de una morsa como tú.

Momo se alejó finalmente dejando a Chaeyoung con un muy mal sabor de boca, quiso abrazar más a Mina pero esta le apartó. La coreana optó por comer.

Las duras palabras de Momo no le quitarían su apetito, amaba los martes ya que de menú había sushi. Chaeyoung amaba el sushi.

Con ánimos comió su primer roll, tomando de a sorbos su bebida y saboreando sus dedos de lo rico que estaba. Disfrutaba comer cosas deliciosas.

Estaba tan perdida en si misma y en comer su comida favorita que no noto que todas las miradas de la mesa estaban puestas en ella. La veían con asco y burla, ya que Chaeyoung no concordaba en esa mesa de idiotas y era demasiado ingenua para darse cuenta. Sana le susurró algo en el oído a Mina que la hizo despertar del estupor que le causaban los ojos marrones de la chica.

- ¿No le da vergüenza? Me da un poco de asco ver como come tanto y tan emocionada, creo que Momo tiene razón con que se parece un poco a una cerda - la castaña le susurró en el oído a Mina señalando a Chaeyoung.

En ese momento la pelinegra se permitió mirar a su pareja, quizá a ojos de otra persona -una enamorada- ver comer a su novia su comida favorita con tanta alegría le podría parecer tierno. En cambio, a Mina le daba vergüenza, sabía que en la mesa a nadie le caía bien Chaeyoung, no sabía por qué, pero estas costumbres de ver comer como una cavernícola a su novia la avergonzaban en demasía a la mayor.

Así que sin más, con la molestia creciendo en su ser le arrebató el plato de comida a Chaeyoung, posándolo encima del suyo. La menor la vio con una mirada confundida, sin entender. Mina, frente a todos sólo pudo murmurar:

- Chaeyoung, no me gusta que comas tanto, pareces una muerta de hambre comiendo así - hablo entre dientes, molesta y avergonzada-. Ya es suficiente.

Finalizó la charla y todo volvió a su rumbo normal en la mesa, solo que la rubia había quedado con la mirada baja, conteniendo las lágrimas que amenazan con desbordarse. Tragó el nudo en su garganta y jugueteó con sus manos tratando de olvidar.

Chaeyoung, no me gusta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora