LA PALABRA DE UN ADDAMS

UNA NOCHE DE BAILE

Para Merlina Addams ser reina lo era todo, desde muy pequeña se había preparado para eso, y ahora todo cambiaba.

Despues de la noticia que sus padres le habian soltado, no soporto sus ganas de enlobarse, salió del castillo internándose en el frondoso bosque, comenzo a quitarse la ropa y la dejo acomodada junto a un árbol, su cuerpo empezo a cambiar, sus huesos tronaban y se estiraban uno a uno hasta que su forma bestial apareció, el lobo de merlina era enorme, de pelaje negro y ojos del mismo color, pesadas patas traseras y enormes garras delanteras, aullo de frustración y comenzo a correr hacia la parte mas interna del bosque intentando sentirse un poco libre y liberar su frustración.

En el castillo, Morticia y Homero habian escuchado el aullar de su hija—se que es difícil para ella—exclamo el Rey besando la mano de su esposa—pero es la única manera de hacer que se relacione con alguien—

Los padres de Merlina sabían que su hija era diferente al resto de chicos, ella siempre fue muy reservada y un asco en relacionarse con los demás, las únicas personas con las cuales Merlina se relacionaba en su ciudad era Lucas y Pericles, su hermano menor, Pericles nacio unos años después que Merlina, el chico se presento como un beta recientemente, eso era muy extraño para un Addams, pero Pericles era un gran contraste de Merlina, al chico le encantaba relacionarse con la gente, era muy platicador y encantador, aunque le faltaba un poco de carácter en ocasiones, el reino estaba encantado con el.

--no es bueno presionarla—dijo Morticia conociendo a su hija—sabes que a pesar de todo, Merlina en ocasiones es impulsiva—

--y muy obstinada—

--debemos de darle un tiempo para que presente algunos prospectos, nuestra hija es hermosa y un buen alfa, cualquier omega o beta estaría dispuesto a estar con ella, ¿ cierto?—exclamo Morticia optimista.

--dejemos que el tiempo lo decida—

Dentro del bosque, el enorme lobo negro derribaba un pobre árbol de un solo golpe, solto un gruñido y sus garras partieron otro árbol a la mitad, escucho el ruido de una rama romperse haciendo que una de sus orejas se moviera captándolo, resoplo con molestia y su cuerpo poco a poco volvió a convertirse en humano--esto es tan injusto—sintió algo trepar por su cuerpo hasta llegar a su cabeza—si me das palmaditas como un cachorro te sujetare a una roca y te tirare al fondo del mar—

Una mano salto hacia la roca que estaba frente a ella señalándole detrás, Merlina volteo viendo un bolso con su ropa--¿Qué?—le pregunto a la mano—por lo que me han dicho no tengo nada de que avergonzarme, mi pene es mas grande que el promedio, bien, de acuerdo—la princesa puso los ojos en blanco cuando la mano se dio la media vuelta—tu ni tienes ojos—murmuro entre dientes--¡hey!—grito cuando una piedra golpeo su cabeza volteando viendo a la mano de espaldas moviendo sus dedos como si no pasara nada.

La pelinegra estaba apunto de ponerse el cinturón, cuando escucho gritos de auxilio a la lejania, dedos dio un salto alarmado y comenzo a dirigirse hacia donde se escuchaban los gritos, Merlina sin perder el tiempo lo siguió, estaba lista para enlobarse cuando se topo con una chica rubia corriendo hacia ella gritando despavorida--¡por favor ayuda!—Merlina la intercepto tomándola de los hombros.

--mi lady, ¿ que sucede?—la pelinegra capto un dulce aroma, podía distinguir que la chica era un omega, sus rubios cabellos ondulados estaban desordenados, sus mejillas sonrojadas y sus azules ojos hicieron contacto con los suyos, era una omega linda, de eso no habia duda, su alfa se lo hizo saber.

--¡me están persiguiendo!—grito asustada haciendo que Merlina la colocara detrás de ella protegiéndola.

--tranquila mi lady, no importa quien sea el enemigo, dudo mucho que quiera enfrentarse a mi—