Capítulo 14: Huyendo

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"En efecto no tengo argumentos lógicos, ni siquiera improvisados para fundamentar este amor que siento por ti."

Pablo Neruda

Alice sólo quería estar sola en su habitación y casualmente Ellie había recordado que el médico orientó que siempre permanecieran a su lado

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Alice sólo quería estar sola en su habitación y casualmente Ellie había recordado que el médico orientó que siempre permanecieran a su lado. Ellie todo ese tiempo supo que Marcio tuvo un desliz con Camila y no fue capaz de contárselo. Tomó una decisión que no le correspondía, pero cómo olvidar que Carlos también estaba involucrado. Sólo le quedaba Emma.

—No me apetece tu compañía, Ellie. Si te queda una pisca de respeto hacia mí, déjame sola.

—¿Por qué estás tan a la defensiva conmigo?

—No me digas que no sabes. Eres una entrometida y Carlos también.

Ellie se puso rígida en el lugar. ¿Acaso estaba relacionado con Marcio? Primero debía asegurarse, no iba a ser ella la que se confesara por un malentendido.

—¿A qué te refieres?

Alice abrió sus ojos grandemente, como si no diera lugar a lo que oía.

—Te vas a hacer la desentendida. Iré a casa de Emma—avisó y pasó por el lado de su hermana sin volver a dirigirle la mirada.

Alice empezó a caminar a paso lento, no quería que sus piernas fallaran, no en ese momento. Era cierto que había caminado mucho ese día, pero necesitaba caminar unos kilómetros más. Rogaba en su interior porque sus piernas aguantaran.

Quince minutos después Alice llegó al vecindario dónde vivía su prima. Al estar frente a la reja del jardín de la casa de Emma, no pudo controlar las lágrimas dentro de sus párpados. Empezó a llorar en silencio mientras en su mente se reproducían los recuerdos que vivió con Aidán en ese sitio. Llevó su vista a la casa de al lado y se preguntó si él se iba a estar quedando en la casa de Percival. Tenía la duda de por qué tiempo estaría en el pueblo o si volvería a mudarse, después de todo era mayor de edad y podía vivir solo.

¿Y si había ido al pueblo para vivir con esa chica de cabello riso? Alice  se negaba a creer las conclusiones que su mente sacaba. Su corazón dentro del pecho estaba necesitando maniobras de reanimación. Lo sentía muriendo a cada latido, los cuales eran más débiles con cada minuto en el que Alice pensaba en que su Aidán, ya no era su Aidán.

Finalmente, Alice se decidió por entrar al jardín de su prima. Tocó al timbre y Emma no tardó nada en abrirle la puerta. Al instante en que vió a su prima con el rostro bañado en lágrimas, la envolvió entre sus brazos. Empezó a caminar con ella, hacia el sillón de la sala de estar y Alice se acurrucó más entre los brazos de la única chica que no estaba metida en el problema con Marcio, eso creía ella.

—¿Alice?—la voz de Carlos llegó a sus oídos.

Alice se separó de los brazos de Emma. Intercambió miradas confusas entre su mejor amigo y su prima. El vestía solo un shorts y ella un camisón. ¿Carlos había salido de la habitación de Emma?

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