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Narra Elizabeth
Yelena y Kate habían insistido en que saliera un poco al jardín, así que al bajar nos dirigimos hacia el lago pero una rubia me llamó la atención.
Al verla más de cerca me doy cuenta que habla con Steve. De pronto ella algo le dice y él la toma de la cintura para besarla.
<< Te lo dije - gritó mi conciencia >>
—Steve —susurré.
Kate y Yelena se detienen al mismo tiempo que lo hago yo.
Quiero que la tierra se abra y me tragué, mis pies parecen clavados al piso, mis manos sudan, mi respiración se corta por un segundo, a mi mente vienen todos los recuerdos que he pasado a su lado, si hace apenas dos días que pasamos la noche junta.
¿Cómo pudo hacerme esto?
Al darse cuenta que aún las tres nos encontramos detrás de ellos se separan y Steve le pide que le dé un momento.
—¡Eres un cabrón! —replicó Yelena.
—¿Me dejan hablar con ella?
No sé qué decir, ni siquiera puedo verlo a los ojos, mi mente definitivamente se quedó en blanco.
¿Es real lo que está pasando? << ¡Muy real! - gritó mi conciencia >>
—¿Qué significa esto? —por fin le pregunté.
—Debemos hablar.
>>¡Eso es evidente! —dijo mi conciencia.
—Perdón.
—Dime que es un mal entendido que no es real que tú la besaste —pido.
Porque tengo la necesidad que me lo diga, que diga que esto no es real, él no puede hacerme esto.
<< ¿Y qué ganas con ello? - me dice mi conciencia, — Steve la beso y al hacerlo contigo lo piensa. >>
—Lo lamento —dice mirándome a los ojos.
¡No puede ser! << Te lo dije - gritó de nuevo mi conciencia>>
—¿Qué?
—Me he dado cuenta que es con Sharon con quién quiero estar.
No puedo verlo más a los ojos.
—Debes estar jugando.
—No, no es ningún juego —asegura.
—¡Por Dios!
Mis manos tiemblan al igual que mis piernas, dejó que mi otro yo tomé el control de mi cuerpo. Me doy media vuelta y regreso a mi habitación, al llegar a ella todos los recuerdos que pase con él dentro de aquellas paredes vienen a mi mente.
