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- Constantine ¿Que paso? - pregunto Sara al ver al hombre sentado en el piso. - ¿La encontraste?
- No. Bueno si, - balbucea - A lo que me refiero es que no fui yo quien la encontró.
- No entiendo.
- Siéntate - Sara se sentó en el piso tal cual se encontraba el hombre.
- Hace unos días un hombre llamado Stephen Strange llegó a mi casa, dijo ser el hechicero supremo pero no de nuestra tierra.
- ¿De qué hablas?
- Sara, los multiversos existen y nosotros vivimos en uno de tantos. Imagina que, están conectados por lo que científicamente sería un agujero de gusano...
- ¿Que tiene que ver con Liz?
- Una fuerza mayor a la mía y a la que exista en este lugar, fue la que se llevó a Banner.
- ¡IMPOSIBLE!
- Todo es posible en el universo en que te encuentres.
Sara intentaba pensar en algo coherente pero aquella información era demasiada para ella.
- Piensa qué, nuestra tierra aún los gobiernos se disputan entre sí pueden encontrar vida en otros planetas y en otros tal vez ya estén realizando una máquina capaz de viajar por los multiversos. Y quizá en otros no allá necesidad de esa máquina cuando sola una fuerza muy poderosa puede hacerlo con un solo movimiento de sus manos.
- ¿Puedes traerla de vuelta?
- No, yo no. Pero buscaré a alguien que tal vez s.
Sara decidió acompañarlo en busca de esa persona que tal vez les ayude a contactar a Elizabeth.
- ¿Cómo esta Oliver?
- Igual que la última vez.
- Slade llegó para cambiar muchas cosas en él.
El camino fue largo y cansado para ambos viajeros pero al final llegaron, una casa algo descuidada y con muy poca luz.
- ¿Es seguro?
- Claro.
Caminando con seguridad él avanzo hasta llegar a la puerta.
- Te dije que no eras bienvenido - dijo la voz de una mujer.
- A mí también me da gusto verte querida.
- Lárgate.
- Estoy seguro que sentiste lo que pasó en el bosque de Ciudad Starling. - Dijo - Y necesito que me expliques algunas cosas.
Aún con desconfianza la mujer los dejo pasar.
- Habla rápido para que te vayas.
- Primero - Respondió el rubio - Te presento a Sara Lance. Sara, ella es Raven...
La mujer se aclaró la garganta molesta.
- Perdón, ella es Rachel Ruth.
- No hacen falta las presentaciones. - se quejó Sara.
- Estoy de acuerdo, ahora largo.
- Raven sé que sentiste lo que pasó en ese bosque hace meses. Y quiero que me digas que fue exactamente.
El cabello de la mujer se movió sin que hubiera corrientes de aire o sin que ella lo hiciera con algún movimiento de su cuerpo.
Constantine explicó lo que había sucedido con Slade y aquel destello que provocó cierta amnesia en lo que estuvieron en ese lugar. Le dijo sus posibles teorías acerca de lo sucedido con Liz.
- ¿Puedes ayudarme?....
- Era la magia del caos. - dijo la mujer en lo que parecía un susurro.
- ¿Magia del caos? ¿Qué es eso? - Pregunta Sara.
- Es magia que puede "manipular, deformar y reconstruir el tejido mismo de la existencia y la realidad por los caprichos del usuario y provocar la destrucción total del cosmos".
- Eso fue quien se llevó a Liz.
- ¡Tú puedes traerla! - opina Constantine confirmando una de sus teorías.
- ¡NO!
- ¿Por qué no? - dice el hombre.
- Porque no y ya.
Intentando convencerla continúa - Raven Recuerda quien eres y el poder que tienes contigo...
- No sigas.
- Eres hija de Trigón.
- ¡Por eso mismo no lo haré! - contestó molesta. - Ahora váyanse.
- Por favor ayúdanos - pide Sara. - El padre de Liz es Bruce Banner. Y está sufriendo al no saber de su hija, todos estamos muy preocupados por ella.
Raven miro a los ojos de Lance y pudo sentir empatía ante la preocupación que la joven tenía.
- La magia del caos es la mayor fuerza que se ha conocido, y fue lo que sentí esa noche - revela la mujer - Pero había algo más, porque para llegar ese punto el portador debe estar guiado por algo más. Solo puedo decirte que esa fuerza no pertenece a nuestra tierra.
- Eso de los multiversos ¿Es cierto?
- Muy cierto.
- Constantine dijo que tienes el poder de distorsionar las leyes de la realidad.
- No voy a enfrentarme ante la magia del caos solo para traer a una persona. - se quejó la mujer.
- Por favor. - súplica Constantine.
- ¡Ya lo hice una vez y no resultó como se esperaba! - Bramo la mujer - ¡No voy a sacrificar otro universo solo por salvar a unos cuantos!
- ¿Cómo que otro?
- Si llego a utilizar el poder de mi padre - contestó - acabaría con todo el universo que conoces.
Con aquella respuesta Constantine y Sara se retiran de la casa de aquella mujer. Y es que a pesar de sus poderes en cuestión de empatía, la mujer no podía permitirse pelear contra el portador de la magia del caos pues aquello no resultaría bien para ninguno.
- ¿Al menos podrías considerarlo? - Consulta el hombre - Sabes que si ella permanece por más tiempo allá, puede causar una incursión.
- Será problema de ellos, no nuestro.
- Raven...
- Entiende algo Constantine - Respondió - Enfrentarme con la magia del caos nuevamente saldría mal. Y si crees que es por miedo estás equivocado, no quiero asesinar de nuevo a una persona que por sus problemas emocionales se sale de control. Estoy segura que en su tierra buscarán la manera de detenerla. Y regresar todo a su orden original.
- ¿Qué pasa si no?
- Entonces te buscaré y haremos algo al respecto.
- ¿Antes de que sea demasiado tarde? -pregunto y ella asintió.
