ᴄᴀᴜᴛɪᴠᴇʀɪᴏ ᴘᴛ 𝟸

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ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ |𝟸𝟶|

ᴏᴛᴏɴ̃ᴏ; ᴇʟ ᴘʟᴀᴢᴏ ᴄᴜᴍᴘʟɪᴅᴏ

Era otoño y eso significaba que el plazo de la visión de Kyujin se habia cumplido. Para estas fechas mi Tara también tendría al bebé.

Aun seguiamo en cautiverio y en condiciones deplorables. Habíamos bajado de peso producto de la mala comida que consumiamos y de los golpes constantes que recibíamos gracias a que estábamos inmovilizados de todas las maneras posibles.

— Joder, Jungkook, cuando logre soltarme mataré a esos desgraciados — se quejó Yoongi. Ya me había acostumbrado a escuchar sus ácidos comentarios durante meses.

— Tranquilo Yoongi, ya casi — dije manteniendo la calma.

Había estudiado la mente de cada uno de ellos por los meses en los que habíamos estado dentro. Tenían una rutina y aunque sus pensamientos eran vacíos casi todo el tiempo, siempre podía adivinar lo que hacían y eso me era muy útil.

Era siempre lo mismo. Yongtae enviaba a unos cuantos a hacer rondas rutinarias por nuestra antigua aldea, afortunadamente no habían logrado encontrar el nuevo refugio y tampoco habían dado con los campamentos. Jamás traían noticias impresionantes lo cual estaba bien.

Si mis cálculos no fallaban y gracias a la poca luz que se colaba a la habitación donde estábamos, pronto entrarían a darnos el supuesto almuerzo al que siempre teníamos derecho. Casi siempre solo entraba una persona, por ende teníamos un poco de ventaja. Miré las posibles salidas de escape que teníamos y solo era una. La puerta.

— Escuchen — todos dejaron de murmurar y me miraron con cara de desconcierto — En cualquier momento alguien vendrá a darnos el almuerzo necesito que sean rápidos y que lo maten, mientras tanto dos de ustedes vienen conmigo a la salida y nos encargamos de los guardias.

— ¿Por fin nos estás dando permiso para escapar? — preguntó con sarcasmo Yoongi.

No podía culparlo por su inquietud, siempre había evitado que hicieran algo dado que eso nos perjudicaba e iba a delatar la ubicación de nuestra familia.

— Ahora es el momento. No podíamos antes.

— ¿Por qué? — preguntó Hoseok.

— Porque tenían vigilada toda la zona a espera de un ataque, han bajado guardia y creen que nos hemos rendido — respondí obvio.

— ¿Entonces la visión de Kyujin se cumple? — preguntó Tae.

— Sí — respondí — Ella siempre tuvo razón.

Mientras hablábamos escuchamos cómo la puerta se abría. Era nuestro momento.

El guardia entró tranquilo y puso las bandejas de comida en el piso y se acercó a nosotros para soltar nuestras manos y así vigilarnos cuando tomábamos nuestra comida. Usualmente no nos quitaba el ojo hasta que comíamos todo y siempre cerraba la puerta con llave. Mal por él.

— Traje su banquete — dijo con burla. Se acercó a Yoongi para soltarlo primero — Vamos, imbécil.

Soltó a Yoongi y este me miró de reojo pidiendo permiso. Asentí y Yoongi sonrió.

ᴡᴀʀᴍ-ʙʟᴏᴏᴅᴇᴅ; ᴇʟ ʀᴇɢʀᴇsᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora