ʟᴀ ᴍᴀɴᴇʀᴀ ᴇɴ ʟᴀ ǫᴜᴇ ᴀᴜ́ɴ ᴛᴇ ᴀᴍᴏ

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ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ |𝟽|

Observé a Tara desde lo lejos, estaba tan calmada absorta al vacío. Observaba nuestro lugar, aquel lago donde había empezado todo incluso antes de que nos dijéramos una sola palabra.

Parecía tan calma, tan serena, incapaz de sentir, como si su mundo siguiera de manera normal y cotidiana, como si su corazón no sintiera nuestra separación. Pero no era así, conocía a Tara, ella solo estaba viviendo de una manera, pero talvez, solo confiando en una pequeña ilusión, su corazón sí lo sentía, sí me añoraba de la misma manera en la que yo lo hacía.

Desde que nos alejamos había perdido cualquier indicio de su mente, ya no sabía qué pensaba, qué quería o si me extrañaba de la misma manera en la que yo lo hacía. No saber de ella me frustraba, quería escuchar de ella un poco más, tranquilizar mis pensamientos y hundirme en los de ella para así no tener que aislar su recuerdo tan bruscamente. Escudriñar sus pensamientos en el paso me sabía sabía diversión, solo estaba entrometiendome un poco en su vida, incluso cuando quería alejarla de mi siempre estuve pendiente de cada cosa que cruzaba su mente pero, escuchar sus pensamientos ahora sería solo un pobre y simple consuelo para apaciguar todos los deseo que rodeaban su nombre.

Escucharla no era igual a verla pero, al menos era mejor a no tener ni un solo poco de ella.

Por eso, estaba de pie viéndola a la distancia, esperando que ella no volteara a ver hacia donde yo estaba, de lo contrario, alejarme sería difícil, no iba a poder hacerlo siendo consciente de que ella notó mi presencia.

La observé por minutos eternos, mi visión era buena por lo tanto podía ver su rostro con claridad. Seguía hermosa como siempre, pero sus ojos estaban apagados incluso si su cara parecía brillar, eran sus ojos los que dejaban en evidencia todo lo que pasaba por su cabeza. Su expresión serena era sólo un camuflaje, me confundía de esa manera, saber si estaba bien o no me era difícil, me hacía querer correr a sus brazos pero también dejarla tranquila y sola.

Mi corazón lo sintió, por ella y por mi, querer regresar el tiempo para evitar que sus ojos se vean así justo ahora, no tenía caso, no podía. Ambos simplemente habíamos caído en una pequeña red peligrosa de lo que debíamos hacer, nuestras acciones y las decisiones de externos nos habían llevado a vivir lejos. Aunque en realidad estuviéramos tan cerca el uno del otro. Pero la distancia física no era igual a la distancia afectiva, no era lo mismo saber que su cuerpo estaba a cientos de pasos del mío a que su corazón en realidad era quien estaba lejos.

Viéndola fijamente, sentí sus ojos sobre mi. Me vio. Su cuerpo se puso rígido y sus manos fueron a su corazón por unos instantes, luego viajaron a su vientre. No podía permitirme estar bajo su mirada demasiado tiempo porque podía bajar de la peña donde estaba e ir hacia ella, raptada y llevarla conmigo a mi nuevo hogar, incluso a la fuerza. Usando toda la fuerza de mi voluntad la miré unos segundos más y después me alejé lentamente. No podía ver a Tara tan cerca, no si quiera que todo marchara bien.

Empecé a alejarme cada vez más, sintiendo como mi corazón punzaba con cada paso que daba lejos de ella, recoger lo que tenia y todas las piezas que habían quedado rotas no era fácil, la echaba de menos, más aún sabiendo que en realidad, por territorio y bajo las leyes de mi mundo, ella me pertenecía.

Caminé más rápido para alejarme y no sentir la necesidad de volver. La marca que tenía en una de mis patas empezó a doler.

Obtuve esa marca cuando me convertí en lobo oficialmente, cuando mi padre me dio su puesto, la marca era una insignia familiar que nos distinguía como legítimos del resto de lobos. Usualmente, cuando era luna de sangre dolía y ardía a más no poder, siempre pasaba cuando iniciaba el ciclo y cuando dábamos el ritual de conclusión, pero últimamente, la marca dolía constantemente sin razón alguna. No veríamos otra luna de sangre en al menos cinco años y nadie de mi familia lo experimentaba solo yo.

ᴡᴀʀᴍ-ʙʟᴏᴏᴅᴇᴅ; ᴇʟ ʀᴇɢʀᴇsᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora