No vuelve a pisar los restos de su antigua vivienda el resto de la semana. Tampoco en las que siguen.
Se abstiene de pensar en cómo Luzu logró confiscar todo en primer lugar, qué tipo de jugarreta o artefacto utilizó para destruir su indexer. Se centró en lo sustancial, en el mensaje que había dejado, la idea que ya fue sepultada para que sólo él lo descifrara;
''Sé lo que buscas, y no tengo problemas de jugar sucio para arrebatártelo.''
Supone que su engaño previo, dentro de la estructura firme de su casa, cuando aseguró que Quackity era lo suficientemente inepto y manipulable como alcalde para su beneficio, se derrumbó en el momento que lo atraparon colándose en el ayuntamiento, en una zona demasiado profunda como para tratar de cubrirse alegando que sólo estaba echando un ojo. Eso fue lo que le provocó la demolición de su casa. Fue el momento en que Luzu lo consideró un enemigo directo para su dictadura, y escaló a este punto cuando él y Quackity desertaron juntos y volvieron para comenzar a hacer limpieza.
Rubius no puede adivinar lo siguiente que les espera. No hay señales que le insinúen que Luzu tiene algo planeado para ellos, no sabe cuándo los guardias comenzarán a buscarlos más furtivamente, cuando eventualmente descubrirán el camino oculto rocoso de la montaña que conduce a la cueva y prepararán una emboscada contra ellos. La inexactitud le hace estar invadido por un extraño tipo de ansiedad que hace que sus sentidos agudos se estremezcan. No en el buen sentido, como cuando Quackity pasa y le da una palmada brusca en el hombro. No, es el tipo de ansiedad que se asienta en sus entrañas, retorciéndose y deslizándose como el frío vientre de una serpiente. La náusea se agita profundamente en su estómago y amenaza con salirse de su boca.
Se da cuenta que detesta, no, odia tener que digerir la idea de que a este lugar no le queda mucho para ser otra vez destruido, arrebatado de sus manos y consumido por completo. Al principio, ambos habían pensado en ello: Era solo un refugio provisional, un lugar donde estarían fuera del arda por el tiempo suficiente para descansar y volver a contraatacar al día siguiente. Eso explicaba el desastre y la poca energía puesta en ordenar la cueva, pero de alguna manera, lo improvisado se convirtió en algo hogareño. Rubius no recuerda cuando comenzaron a convivir con ese desorden, le cuesta encontrar el momento exacto en su memoria en donde la certeza de que iban a ser atacados en su base, en cualquier momento, se desvaneció en sus cabezas.
A su mente le encantaría divagar, encontrar una razón para explicarlo, pero con Quackity más ensimismado en la idea de interceptar los camiones de carga — que se aproximan al ayuntamiento — y a la construcción de la 'Casa Blanca', no se permite preocuparse por esa inquietud.
Tal vez vendrían a emboscarlos mañana, en cualquier momento del día. Rubius nunca será bueno prediciendo el futuro, pero su imaginación se encarga de mostrárselo vívidamente; Los guardias con las capuchas desteñidas saldrían con la sucia palabra de 'Resistencia' tallada en sus espadas, con esa esperanza demencial de ser los primeros en presentar el cuerpo maltratado de Quackity al alcalde que les había lavado el cerebro, como un trófeo desagradable pero digno de conservar tras rejas para simbolizar la victoria de su mandato. En el mejor de los casos, los mantendrán bajo custodia, lo más cerca el uno del otro para que logren planear un escape exitoso. En el peor, Rubius se quedaría fuera del plan en el momento en que atrapen a Quackity, teniendo que encontrar la manera de colarse para ayudarlo a escapar, solo con la corazonada de que no se molestarían en seguir gastando recursos en él cuando ya consiguieron el platillo principal.
Ese último escenario permanece crudo en su mente, a fuego vivo durante horas, creando un agujero en su cerebro que le impide concentrarse cuando Quackity discute con su 'gente' en medio de la zona de construcción de la Casa Blanca. Es el suficiente tiempo para que Rubius piense y decida que no importa. Realmente no lo hace. Rubius simplemente los mataría él mismo antes de que lograran algo remotamente similar. Estaba seguro de ello. Desde el comienzo su papel siempre fue ese; deshacerse de los peligros directos para agilizar el movimiento de revolución, sin importar que tan fuerte sea Quackity por su cuenta.
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Alianza inmarcesible ⎾Rubckity⏌
Fanfiction- Ya no tengo casa -, responde Quackity, con voz sombría. - No puedo volver. - Presiona su frente en sus puños, respira algo húmedo y áspero. Oh. Rubius no sabe qué más puede decir, él está en las mismas y no tiene mucho que ofrecer. Aún si la zona...