Extra

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—¡Eso fue muy astuto de tu parte, Nii-chan!

Nezuko hablaba muy fuerte y acusaba a su hermano mayor.

Toda la familia Kamado de había reunido en el restaurante Agatsuma.

—Pensé que nunca volverías —habló Zenitsu mientras le servía algo de beber al pelirrojo.

Tanjiro tuvo que soltar una risa al oírlo.

—Diez años fue mucho, ya extrañaba mi tierra ¿sabes?

En una amplia mesa estaban Tanjiro, sus cinco hermanos, sus padres y sentada junto a Nezuko, Kanao, quien miraba en silencio la reunión familiar. Zenitsu solo estaba sirviendo, quizás se uniría a ellos en algún momento.

Fue un grato encuentro familiar, demasiado cargado de información y chismes que nunca le contaron en llamada.

—Yo pensé que volverías con pareja.

Todos miraron a Takeo, quien lo miraba algo aburrido.

—¿Por qué? —preguntó Tanjiro con una expresión divertida.

—No sé. Eres guapo, pensé que conseguirías una extranjera.

El hermano mayor de los Kamado solo rio ante esos comentarios de su hermano menor.

—No, no. Me gustaría casarme con una japonesa. En Europa nunca encontré a alguien que me llamara la atención así.

—¿No tuviste pareja? —pregunta de Hanako Kamado.

—No —respondió de inmediato Tanjiro, mirando por una fracción de segundo a la única invitada que no era Kamado.

Esa fracción de segundo ambos compartieron la mirada, ya que ella llevaba un rato viendolo hablar.

Él tragó saliva y después de eso evitó con todas sus fuerzas mirar hacia ese lado de la mesa.

Cuando las cosas parecían irse relajando el los temas de conversación de los Kamado, una pregunta corta por parte de la mujer de ojos violáceos llegó a Tanjiro.

—Tanjiro-san —llamó, cuando él la miró, siguió—: ¿Nos habíamos conocido antes?

El susodicho dejó los palillos con comida frente a él, suspendidos en el aire un segundo, luego no supo qué hacer, hasta que habló (tiempo que pasó: 2 segundos).

—No. No nos habíamos conocido.

No era mentira, él la conocía, pero ella a él no.

—Entiendo.

Todos en la mesa estuvieron atentos a su conversación, sobre todo Nezuko, quien los miraba haciendo ojitos.

—Kanao-nee es japonesa ¿por qué no te casas con ella? —recomendó Rokuta Kamado.

Todos quedaron en un extraño silencio.

Tanjiro estaba rojo como un tomate, cosa que hizo avergonzar también a sus demás familiares.

—Rokuta, cállate.

Hanako fue quien le dio el codazo

—¿Por qué? ¿No es buena idea? Nezuko-nee y Kanao-nee son buenas amigas. ¡Ya que Nii-chan volvió podría hacerse parte de la familia!

—Ujum.

Tanjuro Kamado aclaró su garganta.

—Disculpa la incomodidad que mis hijos puedan causarte, Kanao-chan.

—No, no hay problema —negó ella de inmediato, mirando hacia Rokuta, quien era sermoneado por Hanako y Takeo en conjunto.

Luego le echó una miradita al mayor de los Kamado, quien tenía una cara cansada.

A segunda vista - TanjiKanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora