Extra

449 70 18
                                    

—¿Renunciaste a tu trabajo? —pregunta el hombre de pelo largo mientras alza su mano para llamar al mesero.

La mujer frente a él asiente y despliga algunos bocetos hechos en hojas frente a ella.

—Sí. Esa viej-, ujum, a mi antigua jefa le gustaba molestarme. Creo que me odiaba.

—¿Es así?

Shinobu asiente y luego de revisar las hojas frente a ella, empieza a organizarlos frente a Giyuu.

—El inicio creo que puede ser algo distinto a lo que escribió Giyuu-sensei. En el capítulo 40 más o menos se hace una regresión a la infancia ¿verdad? Podemos empezar por ahí.

—Tiene sentido. Darlo algo de contexto y no empezar muy abrupto.

La de ojos púrpuras sonrió y luego empezó a cotorrear de lo que quería añadir al primer borrador, pero se detuvo cuando llegó el mesero.

Hicieron su pedido y tan pronto se fue el mesero, intentó volver a tomar la palabra, pero la mirada fija de su ahora jefe la calló.

—¿Pasa algo?

—Préstame tus dibujos —pidió, o más bien ordenó él.

Ella le entregó su teléfono con el álbum de dibujos abiertos.

El escritor revisó cada dibujo, pareciendo enfocarse en una área en específico.

—Tu forma de dibujar los cuellos es rara.

—¿Lo es?

—Sí, podrías trazar...

Giyuu era bastante bueno en anatomía, donde lo ven. De hecho, era conocido por los masajes que le brindaba a sus compañeros y porque podía servir como médico en casos extremos, motivo por lo que, sin querer, hacía que lo cuidaran en los combates.

La primera reunión tardó cerca de dos horas, tras las cuales un mesero se acercó a Giyuu y le pidió que desocupara la mesa, ya que la demanda de esta había aumentado al ya ser mediodía y ellos solo habían tomado un café y un par de postres.

—¿Le parece si nos volvemos a reunir en mi casa?

Giyuu, luego de pagar y pasar por la puerta junto a su empleada, la mira con curiosidad.

—¿A la suya? —preguntó—. ¿Por qué no a la mía?

Shinobu le brindó una sonrisita cansada.

—Me sentiría incómoda estando en la casa de mi jefe.

—Entiendo.

—Otra cosa —llamó luego de dar un par de pasos en silencio—. Mi tablet está algo vieja, por lo que podría tardar un poco en sacar el primer boceto virtual.

Los ojos azules de su acompañante la miraron un segundo, luego sacó el teléfono e hizo algo en él.

—Vamos a comprar una. Piensa en todo lo que necesitas.

Era obligación del jefe el tener todo lo necesario para el empleado, así pensaba Giyuu, quien siempre tuvo un buen fusil mientras estuvo en el ejército.

Pronto estuvieron en una gran firma electrónica comprando cualquier cosa que Shinobu decía necesitar. De paso fueron a comprar cojines y algunas reservas de emergencia.

—¿Seguro de comprar tanto? —preguntó Shinobu, viendo cómo Giyuu firmaba el envío de 15 cajas de chucherías a su casa.

—¿Son muchas?

—Justas.

Ambos asintieron.

Se llevaban bien.

En la estela del viento - GiyuuShinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora