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- Como llegaste aquí?- le preguntó Eda tratando descifrar cada movimiento del hombre que estaba frente a ella.

- No me das la bienvenida, hija mía- dijo este con sarcasmo.

- Véte de aquí, no puedes estar aquí- dijo ella apretando cada una de sus palabras.

- Si acabo de llegar, como me estás pidiendo que me vaya- dijo  el padre haciendo que la castaña perdiera la paciencia.

- Yo no tengo nada que hablar contigo, no quiero verte y mucho menos que nadie te vea así que te largas de aquí.

- No me iré de aquí sin lo que vine a buscar- admitió con cinismo.

- Que quieres? Yo no tengo nada para darte- dijo Eda.

- Tu no, pero tú maridito si-

- A Serkan no lo metas en esto, el no tiene nada que ver contigo, y ahí viene así que lárgate de aquí- dijo Eda casi en desespero al ver que Serkan se acercaba a donde estaban.

- Eda?!- dijo a lo lejos el pelirrojo al denotar una figura masculina.

- Véte!! Te lo pido, hablemos luego, lárgate- le pedía Eda a su padre, este solo sonreía maliciosamente.

- Eda, quien es este hombre?- preguntó Serkan llegando a la escena y ver al hombre ya que este se negó a irse.

- No es nadie, el señor solo estaba perdido pero ya se va, ¿no es cierto?- lo miro Eda de mala manera con los ojos cristalinos reteniendo las lágrimas poniéndose entre él y Serkan.

- Que mala educación la tuya Edacim, yo sé que tú madre es una inútil- Eda cerró los ojos ante sus palabras dejando caer las lagrimas contenidas- pero ella no te enseño de esa manera.

- Eda me explicas que pasa?- dijo Serkan serio dirigiendose a Eda.

- Ya que ella no me va a presentar lo haré yo, mi nombre es Ismet Yildirim, el padre de Eda, mucho gusto- el hombre de barba copiosa y desarreglada extendió la mano en saludo a Serkan.

El pelirrojo miró la mano extendida, miró al hombre vio a la cara de Eda lo pálida que estaba, apretó su mandíbula de rabia y con eso levantó el puño y le cruzó la cara al hombre de un puñetazo tirándolo al suelo.
- Serkan!!- gritó Eda llorando lo cual llamó la atención de Enguin que iba saliendo de su oficina y fue corriendo a contener a su amigo.

- Sal de mi empresa, escoria!!Te quiero lejos de mi mujer y de mi hija, no quiero volver a ver tu asquerosa cara!!- le gritaba Serkan al hombre en el suelo mientras que Enguin lo sostenía y Eda le ponía sus manos en el pecho.

- Serkan por favor, ya, por favor te lo pido- le dijo Eda entre sollozos calmando un poco la furia del empresario.

- Vas a agrégale este golpe a la cuenta, sino quieres que vaya y le diga al juez que te escapaste de tu marido porque tenías un amante me van a tener que dar una buena cantidad - dijo el viejo desde el piso.

- Engin suéltame, todavía sigue hablando de dinero este miserable, déjame Enguin- gritaba Serkan tratando de salir del amarre de su amigo, para ese momento todos los empleados de la empresa estaban viendo el espectáculo.

Eda no aguanto más y salió corriendo de la empresa, detuvo el primer taxi que vio y salió de allí sin poder ser detenida por Serkan que al ver lo que la castaña  había hecho mando a pedir su auto lo más pronto posible para poder seguirla dejando al viejo recuperándose del golpe solo mientras que Engin llamaba a los de seguridad para que lo sacaran.

Eda iba sin rumbo fijo en un taxi por las calles de Estambul, el chofer preguntó por quinta ocasión a donde la llevaba y como ella no sabía a dónde ir le dijo que le dejara en la costa y ahora allí estaba hundida en sus pensamientos sin saber que hacer a donde dirigirse hasta que tomó su teléfono para llamar a la única persona de la que quería un abrazo y un beso en esos momentos.

Nueva VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora