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hace 9 años

Tom

Hoy es el cumpleaños de Dilaila, mi hermano y yo le hemos comprado una pulsera, espero que le guste y la lleve siempre con ella.

—!Feliz Cumpleaños!— grito Bill y Dilaila corrió hacia el para acto seguido abrazarlo.

—Gracias Bill, gracias por venir— dijo con una sonrisa de oreja a oreja, después me miró.

—Felicidades linda— me dio un beso, se que somos pequeños pero; ¿Qué más da? Nos queremos y eso es lo importante.

Soplo las velas y llego el momento de los regalos, su madre le dio su regalo, le encantó y entonces llego el momento.

Bill y yo nos acercamos a ella, le entregamos la caja, la abrió en un abrir y cerrar de ojos, cuando vio la pulsera se quedó atónita, no lo podia creer, le pidió a su madre que se la colocara, cuando lo hizo corrió hacia nosotros y nos envolvió en un abrazo muy cálido.

—Gracias gracias gracias— dijo entusiasmada —jamas espere esto, os quiero— nos volvió a abrazar.

Cuando nos separamos pude decir algo.

—No es nada linda, te lo mereces— le sonreí y ella igual.

—Eres mi mejor amiga; ¿Crees que no te iba a regalar el mejor regalo?— dijo Bill para después reírse junto a ella.

Pasamos el día juntos hasta que llegó el momento de despedirse, abrazo a Bill y le volvío a agradecer por la pulsera, mi hermano sonrío para después alejarse y darnos espacio.

Se acerco rápidamente a mi y me beso, fue un beso cálido, el mejor beso de toda mi vida, cuando nos separamos me dijo lo mucho que me quería y yo igual.

—No sabes cuanto te quiero Tom, gracias de verdad— Dilaila no dejaba de sonreír.

—Yo también te quiero— la abracé —no es nada pero ahora me tengo que ir antes de que mis padres me castiguen— dije, asintió y me fui con Bill a casa.

Y ahi estaba yo, perdidamente enamorado de la chica que conocí con tan solo 9 años y de la que lo estaría para siempre.

Volví al presente y me di cuenta, he estado con muchas mujeres por la misma razón por la que nunca más me enamoré, ninguna era suficiente, ninguna era ella.

...

Me desperté al día siguiente, me vestí y me fui al apartamento.

Cuando llegue allí Georg estaba haciendo el desayuno, lo agradecí y Gustav estaba con su novia en el sofa, le sonreí amablemente y me dirigí a la cocina donde se encontraba Georg.

—¿Que me has hecho para desayunar?— dije sonriéndole.

—¿A ti?— Georg me miro de arriba a abajo —Nada la verdad pero si quieres te hago algo— espero mi respuesta.

—Si porfavor, me muero de hambre— mire a mi alrededor y no vi a Bill —¿Donde esta mi hermano?— pregunte preocupado por su comportamiento de ayer.

—Se fue hace un rato— añadió Gustav ya que teníamos cocina americana y se escuchaba todo.

—¿A donde?— pregunte serio.

—A una cafetería creo, seguramente con una chica —me sorprendí— de ahi su comportamiento estos días— dijo Gustav.

—Es raro que no me haya dicho nada pero tienes razón, a estado muy raro— dije pero no me lo creía, a mi hermano le pasaba algo mas.

Remember me // Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora