8

79 7 0
                                    

Dilaila

Me quede paralizada, no sabia que decir, si le decía la verdad sabría mi secreto pero si no se la decía me sentía mal, se lo merecía, al fin y al cabo confiaba en él.

—Me lo hice hace mucho tiempo— dije sin siquiera mirarle a los ojos.

—¿De que es la fecha?— dijo, me di cuenta que ya no había vuelta atrás, ya sabia que era una fecha y no quería ocultárselo.

—Te lo cuento más tarde ahora vamos a divertirnos— dije, asintió y me dio la mano para entrar al agua, Bill era muy delicado con las chicas y no era mi tipo pero me encantaba que me tratara así.

Bill

Cuando le pregunté por el tatuaje se quedó sin palabras, me sentí mal pero a lo mejor el tatuaje tenia algo que ver con que no se acordara de mí.

Me dijo que me lo contaría más tarde así que le ofrecí mi mano y charlamos en el agua junto a Judith que no paraba de mirarme.

Salimos de la piscina, fuimos con Aroa y Samara las cuales estaban en las tumbonas sin hacer nada.

—¿Que hacéis?— pregunte para romper el hielo.

—Nada, pensando en los chicos y Lina— Respondió Aroa, Samara se veía molesta, acababa de volver después de un mes fuera de Alemania por trabajo y se esperaba ver a los chicos, la entiendo.

—Samara— dije y ni se giró a mirarme —a la próxima te prometo que vendrán—.

—Lo sé, no estoy pensando en eso— respondió, me quede a cuadros.

—¿Y en que piensas?— pregunté curioso.

—En Lina— no dijo mas.

—Por cierto ¿Cuando vuelve?— me miraron confusas.

—¿No has hablado con ella?— preguntó Aroa y negué —que raro siempre habla contigo sobre cualquier cosa —pero bueno Dilaila, Judith y Bill sentaros— dijo señalando unas tumbonas a su lado.

Dilaila

Algo me decía que no le habíamos caído nada bien a las chicas en especial yo, sentía que todos me ocultaban algo menos Jud, pero no sabia el qué.

—Y bueno Dilaila ¿De donde eres?— preguntó Aroa con una sonrisa.

—De Loitsche pero a los 11 años me mude a Düsseldorf— respondí sincera y note que Samara miraba a Bill.

—Nosotras también— dijo Aroa —¿Verdad Samara?— miró a la chica.

—Si, pero nunca te vi por allí— dijo y antes de que pudiera hablar, prosiguió —a no ser que hayas cambiado mucho— añadió.

—La verdad si e cambiado mucho pero siento que tengo la misma cara que en esos años— respondí.

—¿Y porqué te fuiste?— pregunto Samara curiosa.

—Trabajo de mi madre— sonreí.

—Que suerte, Aroa y yo crecimos con muy poco dinero, así es Loitsche pero con 12 años creo— miro a Aroa y esta asintió —hicimos unos castings tanto para modelo y actriz, nos contrataron y Aroa se compró esta maravillosa casa— observé la casa de nuevo.

Samara

No me apetecía hablar con ella en ese momento, me molesto que los chicos no viniesen pero al fin y al cabo a veces yo también estaba ocupada, los entendía.

Me integré en la conversación con ella y empezamos a hablar sobre el pueblo donde nos criamos todos, lo echaba de menos pero por lo menos ahora era rica.

Remember me // Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora