Capitulo 4: Los Consejeros

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Capítulo 4:

Los Consejeros


La reina Syla caminaba con paso decidido hacia la mesa donde se reunían sus consejeros. Al llegar, tomó asiento en el trono de madera tallada que ocupaba la cabecera de la mesa.

Uno de sus consejeros, el barón Darian, se acercó a ella con una expresión preocupada en el rostro.

"Vuestra Majestad, lamento informarle que el reino vecino ha invadido una parte del bosque que divide nuestros territorios", dijo el barón. "Un hombre se ha saltado la orden de los guardias y se ha infiltrado en el reino".

La reina Syla frunció el ceño ante la noticia. Sabía que el bosque era uno de los lugares más preciados de su reino, y no podía permitir que fuera destruido de esa manera.

"¿Cuántas tropas necesitamos mandar?" preguntó la reina.

"Al menos una unidad de cien hombres, Vuestra Majestad", respondió el barón.

Syla asintió, pensando en cómo podría solucionar esa situación de la manera más eficaz y rápida posible.

"Capitán Alder", llamó a su capitán de la guardia real, que se encontraba de pie cerca de la entrada de la sala. "Quiero que reúnas a una unidad de cien hombres y la envíes al bosque. Necesitamos ayudar a nuestros vecinos y proteger nuestro territorio".

Alder hizo una reverencia y salió de la sala para cumplir con la orden de la reina.

Una vez que el capitán salió de la sala, la reina Syla se giró hacia sus consejeros.

"Debemos asegurarnos de que esto no vuelva a suceder", dijo con determinación. Intentáremos concertar una reunión lo antes posible para evitar la guerra,

Los consejeros asintieron en señal de acuerdo y comenzaron a discutir los detalles de cómo podrían llevar a cabo esa negociación.

Syla, por su parte, se quedó en silencio, pensando en lo mucho que significaba para ella ese bosque y en la importancia de protegerlo para las generaciones futuras.

Finalmente, se levantó de su trono y se dirigió hacia la salida de la sala.

"Gracias por su consejo y su apoyo", dijo a sus consejeros. "Voy a supervisar la preparación de la unidad que enviaremos al bosque".

Y con esas palabras, la reina Syla abandonó la sala, determinada a proteger su reino y el bosque que lo rodeaba.


Syla se dirigió rápidamente a la halconería, el lugar donde se entrenaban y cuidaban los halcones y otras aves de caza. La reina necesitaba enviar un mensaje urgente a una unidad de guardia que se encontraba al este del lugar donde había ocurrido el incendio en el bosque. El halcón Nivariel se posó en su hombro mientras ella buscaba papel y tinta para escribir el mensaje.

Una vez que tuvo todo listo, ató el mensaje en la pata de Nivariel y lo dejó libre para que volara lo más rápido posible hasta su destino. Syla no podía permitir que los habitantes de su reino sufrieran más, y era su responsabilidad como reina protegerlos y ayudarlos en todo lo que pudiera.

Cuando salió de la halconería, se encontró con su tía, la hermana de su padre, que era una curandera muy respetada en todo el reino. La tía estaba muy preocupada y quería saber lo que estaba pasando y cómo podía ayudar.

"Querida sobrina, ¿Qué está pasando? He oído rumores sobre un incendio en el bosque y he venido a ofrecer mi ayuda", dijo su tía con voz preocupada.

"Es cierto, tía. El bosque que divide nuestro reino y el reino vecino ha sufrido un incendio y necesito mandar ayuda de inmediato. Acabo de enviar un mensaje a una unidad de guardia que se encuentra al este del bosque. Espero que lleguen pronto", dijo  Syla en tono nervioso.

EL REINO DE KALENDRIAWhere stories live. Discover now