Capítulo 1:
El Viaje Hacia Esperanza
El destino de Alaric estaba fuera de las montañas, donde vivía desde que nació. Cuando cumplió la mayoría de edad, decidió que era hora de bajar al reino para hacer las pruebas para entrar en la guardia real mágica de Kalendria.
Ella había conocido a un ciervo blanco cuando era niña, y desde entonces se habían convertido en amigos inseparables. El ciervo había crecido y madurado, y ahora era más grande y fuerte que cualquier otro ciervo de la montaña. Alaric sabía que podía confiar en él para llevarla al reino con seguridad.
Montando al ciervo blanco, Alaric bajó por los caminos de la montaña, disfrutando del paisaje y de la sensación del viento en su cabello. Pero cuando llegaron a la entrada del reino de Kalendria, las cosas cambiaron.
Esperanza, la capital del reino, se alzaba majestuosa ante ellos. Alaric nunca había visto algo tan grande y hermoso. Las murallas de la ciudad eran enormes, con torres y almenas que se alzaban hacia el cielo. Las puertas de la ciudad eran de hierro forjado, y estaban protegidas por guardias armados.
El ciervo blanco se detuvo ante las puertas de la ciudad, y Alaric se acercó a las puertas y los guardias la miraron con recelo. No era común ver a alguien llegar montando un ciervo blanco. Sin embargo, ella les explicó que venía para hacer las pruebas para entrar en la guardia real mágica, y finalmente le permitieron entrar en la ciudad.
Alaric se adentró en la capital, sorprendida por la cantidad de personas que se encontraban en las calles. Había comerciantes vendiendo sus mercancías, músicos tocando instrumentos y artistas haciendo espectáculos de magia. Todo el mundo parecía estar disfrutando del día, y Alaric se sintió un poco abrumada por todo lo que veía y oía.
Siguiendo las indicaciones de uno de los guardias, Alaric llegó al edificio donde se realizarían las pruebas. Era un edificio enorme, con un jardín muy cuidado y una gran cantidad de gente esperando en la entrada. La mayoría de ellos eran jóvenes como Alaric, todos ansiosos por demostrar su habilidad y entrar en la guardia real mágica.
Alaric se acercó a la entrada, dispuesta a comenzar su aventura. Sabía que las pruebas serían duras, pero estaba decidida a superarlas y poder demostar todo lo que habia estado entrenando. A medida que se adentraba en el edificio, sentía que su corazón latía con fuerza. Sabía que este era el comienzo de su verdadero camino en el mundo mágico de Kalendria.
Alaric dejó a su ciervo blanco junto a los demás caballos y se unió a la cola para las pruebas de la guardia real. No podía evitar sentir una punzada de nerviosismo al ver a todos los demás jóvenes que también se presentaban, pero se mantuvo firme.
En la cola, se encontró con dos chicas de su edad. Una era alta y fuerte, con un par de hachas en su cinturón. La otra llevaba una espada a su lado y tenía una mirada determinada en sus ojos.
"¿Estás nerviosa?", preguntó la chica de las espadas.
Alaric asintió. "Un poco, supongo. Es la primera vez que hago algo así".
"Yo también", dijo la chica de las hachas. "Pero no te preocupes, lo haremos bien".
"Claro que sí", dijo la chica de las espadas. "Después de todo, estamos aquí por una razón".
Alaric se dio cuenta de que las chicas no estaban compitiendo entre sí, sino que estaban unidas por un propósito común. Se sintió un poco más relajada sabiendo que no estaba sola.
"¿Y tú?", preguntó Alaric, dirigiéndose a la chica de las espadas. "¿Cómo te llamas?"
"Soy Aria", dijo la chica, con una sonrisa amistosa. "Y ella es Lyra", agregó, señalando a la chica de las hachas.
"Encantada de conocerte", dijo Alaric, devolviéndoles la sonrisa. "Soy Alaric".
Las tres chicas continuaron hablando mientras esperaban su turno para las pruebas. Alaric descubrió que Aria y Lyra también venían de pueblos lejanos y habían viajado al reino para hacer las pruebas. Se hizo evidente que las tres compartían una pasión por la aventura y la lucha.
Finalmente, llegó el turno de Alaric. Mientras se acercaba al campo de entrenamiento, se dio cuenta de que no se sentía tan nerviosa como antes. Había encontrado amigas en un lugar extraño y eso la hacía sentir más segura.
Alaric destacó en las pruebas de agilidad y puntería con el arco donde no fallo ninguna diana.
Al final del día, Alaric se reunió con Aria y Lyra. Las tres se felicitaron por haber pasado las pruebas y prometieron apoyarse mutuamente en su nueva vida como guardias reales. Aunque solo se conocían desde hace unas horas, sentían que habían formado un vínculo fuerte y que no separaran en todo lo que se viene.
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EL REINO DE KALENDRIA
FantasyEl Reino de Kalendria es una tierra mágica y misteriosa, llena de criaturas fantásticas y magia ancestral. La capital del Reino de Kelendria es Esperanza, una ciudad llena de vida y color, situada en el centro del reino. La ciudad es famosa por sus...