Capitulo 45

8.2K 430 146
                                    

Pov Calle.

Junio 2023.

Llevé mis lentes arriba de mi cabeza y enchiné los ojos cuendo el artefacto enfrente de mi, estaba muy torcido para mí gusto y muy gomoso.

Di un pequeño brinco en mi lugar dejando caer el artefacto de goma al suelo, lo recogí rápidamente apenada captando la atención de todos en la tienda, carraspeé mi garganta y busqué mi teléfono en mi bolso.

— ¿Bueno?— Respondí de mala gana al número desconocido.

— Señorita, Calle, buen día. — Escuché esa ya conocida voz. — Hablamos del hotel The Ritz-Carlton para-

— No quiero sus promociones de camas más resistentes ni sábanas de hilo egipcio. — Interrumpí fastidiada.

— Pero-

— Mi futura esposa ya pagó los daños en su hotel hace mucho, así que dejen de acosarme. — Añadí bufando.

Colgué la llamada rodando los ojos, tomé asiento y una chica que trabajaba en la tienda me dio una copa de champán, la tomé y comencé a soplarme esperando a mi cuñada.

No esperé mucho porque la vi venir con un dildo morado de por lo menos 30 cm. Fruncí el ceño al verla sonriente.

— Mira, es igualito al que te regalé cuando estuviste en casa de papá por primera vez. — Puntualizó emocionada, rodé los ojos.

— Que chistosa. — Murmuré irónica. — Esa vez casi entro en colapso.

— Por cierto, ¿qué fue de ese juguete?— Inquirió mi cuñada pensativa.

— Terminó asado y cómo cena de Amelia. — Confesé tomando de la copa de champán pidiendo otra.

— Eres mi ídola. — Soltó riendo. — Quién sabe que fue de ella, ¿cierto?

— No sé y no es cómo que me interese mucho. — Dije desinteresada. — Vale, no encuentro juguetes sexuales de agrado. — Mencioné con medio puchero, recibiendo otra copa de champán.

— Cuñadita, debes expandir tus gustos, todo es un plus a la relación. — Comentó Valentina jocosa, resoplé.

— Si tú hermana nos encuentra aquí lo que hará es comprar una paleta de castigo. — Mencioné tomando la champán de golpe y ponerme de pie.

— Grrr. — Ronroneó divertida. — Anda busca, yo pagaré no sé que te quejas.

— Estoy cansada, no he encontrado mi vestido para la boda de la amiga de Poché. — Me quejé echando mi cabeza hacia atrás.

— ¿Recuerdas cuándo la mandaste a dormir al jardín por qué pensabas que tenía una amante?— Cuestionó mi cuñada, carraspeé mi garganta.

— En mi defensa Poché llegó oliendo a un perfume raro y luego tuvo esa llamada con Abril. — Me defendí apenada. — Nunca me dijo que la mujer se iba a casar.

— Si claro, el perfume resultó siendo de mi abuela porque llegó de visita. — Recordó Valentina soltando una carcajada.

— Ni me lo recuerdes que me muero de la vergüenza. — Murmuré sonrojada.

Era cierto, no sabía que la abuela de mi novia iba a llegar en plena víspera de año nuevo.

Poché había desaparecido todo el día y cuando llegó olía a un perfume de mujer extraño, añadiendo que ese día mi prometida había estado con muchas mujeres porque le tocó ir a dar una entrevista de radio.

Estaba en mis días de tóxica, lo admito. Soy latina qué puedo hacer.

Para ponerle cereza al pastel, Poché respondió una llamada y la contestó muy extraña, muy nerviosa. Todo encajaba así que la mandé a dormir al jardín aún y cuando no teníamos jardín aun.

Así coincidimos || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora