PARTE 3

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En las calles de la cuidad de Axel, podemos ver a Erick, caminar pacíficamente por el pueblo. Se había dado cuenta que cuando recibió los poderes de mob, sus emociones se habían perdido en su totalidad. Es como si hubiesen esfumado mágicamente y lo único que había en su ser, era un cascaron vacío.

Ahora que lo piensa, nunca le importo cuando la niña intento...intento...bueno no sabe que intento. Pero por la expresión de su rostro parecía que no lo quería hay. Con ese pensamiento levanto la cabeza hacia el cielo, mirando lo hermosa que se veía la noche. "Que bonita la noche, supongo..." Sobándose la nuca con la palma de la mano, suspiro y dirigió su mirada hacia el frente continuando con su camino.

Al día siguiente Erick se levanto por la mañana para comenzar a entrenar. Quería practicar sus técnicas y de paso subirlas de nivel. Y como ya no necesitaba dormir demasiado por su nuevo cuerpo. Unas 6 horas eran mas que suficientes para estar al 100%.

Acercándose al espejo roto que tenia en su cuarto, visualizo su figura. Estatura de 1,89 mas su cuerpo físicamente similar al de Garou, le daba una figura que muchos envidiarían. Cada parte de su cuerpo estaba detallada como si hubiese sido hecha por el mejor artesano. Sus rasgos eran atractivos, pero su expresión aburrida opacaba demasiado esa ventaja que parecía el rostro de una persona sencilla.

Su rostro mostraban signos de salir de la adolescencia. ¿Eso porque era? Aunque nunca lo dijo, cuando vino a este mundo su edad regreso diez años, por lo que ahora tiene 17 años y unos cuantos meses. Pero su mentalidad de adulto todavía estaba, por lo que no tiene una moral de joven o toma acciones infantiles, aunque eso puede deberse por su falta de emociones. Al ver que se estaba desviando de lo que estaba, dejo eso para mas tarde.

Tiene una cicatriz debajo de su ojo izquierdo, su cabello es de un gris apagado con mechones puntiagudos. Suele tener todo su cabello desarreglado y gran parte de éste tiende a caer por su cara, tapando gran parte de su frente y ojos. Ahora que se da cuenta, ya es tiempo de un corte, ya que tuvo que apartar los mechones de su cabello para ver sus ojos. Que eran de un extraño color azul con pigmentaciones negras, logrando que su mirada mostrase una soledad natural. También tiene la característica cicatriz de Luffy en el pecho. Y la ropa que suele usar era sencilla para los estándares de las personas de este mundo: una camisa de manga larga de color negra y encima una gabardina color azul opaco que no restringiera sus movimientos. Pantalón holgado para mejor movimiento que era del mismo color que el anterior. Causa de que la gente piense que es débil al no ver nada de su físico.

Después de eso se vistió y camino hacia la cocina para después comenzar su entrenamiento. Un tiempo después termino de desayunar y salio de su casa, comenzando a correr al establo donde suele entrenar. Como se lleva bien como el dueño, no tiene problema de venir. Justo cuando iba comenzar a entrenar vio como del establo salían Kazuma y Aqua. Con un pensamiento se acerco para saludar.

"Kazuma, buenos días"

"H-He. ¡Oh! Buenos días, Erick-san" Respondió Kazuma con un poco de nerviosismo al encontrarse nuevamente con el chico extraño de la otra vez. Pero un poco extrañado se pregunto, ¿que hacia el por este lugar? "Por cierto, ¿que te trae por aquí?"

"¿Huh?. Bueno, suelo venir a este lugar para entrenar." Erick respondió monótonamente. Y con el dedo indice se rasco la mejilla en confusion. "Aunque me sorprendió encontrarlos viviendo en este lugar"

Kazuma mostro un rostro inexpresivo al escuchar lo que dijo. "¿En serio? Sorprendido, ¿tu?" Claramente no lo parecía. Mirando el rostro del chico que se encontraba al frente el. No vio ningún indicio de confusión o que su rostro cambiara, es mas, parecía un robot programado solo para mostrar esa única expresión.

Pero, he. No va a burlarse de la primera persona que lo ayudo en este mundo de porquería. Aunque todavía envidiaba un poco la forma en la que las camareras del gremio hablaban bien de el.

¿Sirvo A Los Protagonistas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora