𝗱𝗼 𝘆𝗼𝘂 𝗹𝗶𝗸𝗲 𝗶𝘁, 𝗱𝗮𝗱𝗱𝘆? › 𝗁𝗒𝗎𝗇𝗆𝗂𝗇

𝗰𝗵𝗮𝗽𝘪𝘵𝘳𝘦 𝐜𝗶𝘯𝙦

La primera clase había terminado, Kim se levantó tomando su mochila en el proceso y fue directo a la cafetería a esperar a que Minho llegara. Caminó hasta sentarse en la mesa más cercana, moviendo sus piernas con rapidez para evitar que las personas lo miraran por mucho más tiempo.

Cuando se sentó abrió su mochila para buscar su almuerzo. No era muy fan de la comida que servían en el comedor, además, siempre le llamaban la atención cuando dejaba comida. Mientras buscaba sus cosas, Minho llegó.

—Ya era hora de que llegaras —habló Seungmin sacando de su mochila una lonchera blanca, adentro estaba un sándwich cortado por la mitad, en su mochila estaba el jugo en caja, pero no quería buscarlo por pereza.

—Perdón —se disculpó el alto—Me quedé hablando con el profesor de español —soltó un leve suspiro y tomó asiento enfrente de Seungmin, mirándolo con una sonrisa ladina—¿Cómo te fue en clases? —preguntó con interés—Sabes, Hwang pasó por mi salón, ¿pasó por el tuyo también?

Kim tragó la comida que tenía en la boca y luego de unos segundos respondió — Sí. También pasó por mi salon. Y no, no pasó nada interesante, solamente tengo que ir a detención después de clases por culpa de alguien — Dijo con tono molesto.

—Nadie te manda a hacer apuestas con alguien que siempre las gana.

—Cállate.

Kim escribía con rapidez las cosas que estaban en el pizarrón, se había quedado dormido en mitad de clases y ahora él profesor estaba revisando los escritos, cosa muy extraña porque él casi nunca lo hacía.

La letra en su cuaderno estaba fea o ni siquiera terminada, y ya le dolía la mano, pero no podía darse el lujo de descansar.

Después de unos minutos por fin terminó de escribir, tronando sus dedos miró hacia la ventana que estaba a su lado. Le gustaba sentarse ahí por la linda vista que le regalaba, y porque las pocas veces que lograba escuchar música en secreto se imaginaba que estaba en un vídeo musical.

Se sobre saltó cuando unos dedos tocaron su hombro.

—Deberías tratar de no dormirte en clases, Kim, el profesor te puede regañar —dijo con un tono suave uno de sus compañeros de clase. Seungmin no se llevaba de maravilla con sus compañeros, pero con Yoongi era distinto—Sí quieres te puedo prestar mis apuntes, pude ver que no terminaste de copiar algunas cosas.

— Gracias, Yoongi. Te debo una —una sonrisa sincera se colocó en el rostro de Seungmin. Agradecía tenerlo en su salón, solía salvarlo de muchos regaños por parte de profesores y siempre le entregaba su cuaderno cuando el no podía terminar de copiar algunas cosas.

—No me debes nada, somos amigos después de todo —dijo sin cambiar su calmado tono de voz.

Kim asintió con una sonrisa y trató de concentrase en lo poco que quedaba de la clase, matemáticas nunca habían sido su fuerte pero siempre buscaba encontrar la forma de entender.

Después de horas y horas las clases habían terminado y mientras todos salían como simios, él estaba caminando con lentitud hasta detención, rebuscando en su mochila sus audífonos. Sabía que tenía que pasar unas horas en ese lugar antes de poder irse a su hogar. Por lo que le habían dicho en el salón, un alumno se encargaría a cargo de la alón de detención ya que el profesor que usualmente estaba ahí había enfermado.

No se apresuró en llegar, simplemente disfrutaba de la música que reproducía en su celular, aunque también pensaba en las mil formas de darle una patada en el culo a Minho; y bueno, también se insultaba a sí mismo por aceptar jugar con el mencionado.

El alumno que daba la clase era Hyunjin, el lo saludó con una sonrisa. Aún poco avergonzado, Seungmin hizo lo mismo mientras tomaba asiento en cualquier lugar, quitándose los audífonos para no ser descortés. El silencio que se formó hizo sentir un poco nervioso a Kim, no sabía que decir.

Hasta que afortunadamente, Hwang, le preguntó algo.

—¿Por qué te mandaron a detención? —le preguntó curioso sin quitarle la mirada de encima.

Rodó los ojos cuando recordó la tonta razón del porqué estaba ahí.

—Según el profesor Jeon, mi vestimenta no es la adecuada —Le parecía una estupidez que le mandaran a detención solo por eso.

le leve risa de Hwang resonó en el silencioso lugar.

—Yo creo que te vez bien. Bastante bien para ser honesto —la ladina sonrisa que el mayor le regaló hizo que bajara la mirada a sus manos.

—Gracias... Creo —comenzó a jugar con sus manos nerviosamente.

—Minnie —llamó. Emitió un sonido para que siguiera hablando, sin poder sostenerle la mirada. Sintió como Hyunjin se levantaba del escritorio caminando hasta su mesa, con un tono profundo y similar a un susurro le dijo.

—¿No me quieres acompañar a los baños?