Game Of Thrones: House Pendragon español

Capítulo 13 - Runas

Capítulo 13 - Runas

Terminando la conversación con mi padre, me fui a mi cuarto a planificar el entrenamiento de mis subordinados, pretendo hacer un entrenamiento general, y luego de un tiempo un entrenamiento específico para cada uno.

Tengo que hacer algo para mantener su lealtad inquebrantable, y creo que ya sé cómo, pero tendré que aprender algunas cosas.

Después de hacer un resumen del entrenamiento que pretendía hacer, hice una lista de algunos artículos que necesitaba, puse la lista en mi bolsillo y me dirigí hacia la Arboleda Sagrada.

Me arrodillé ante el Weirwood y pedí más savia, después de unos segundos los ojos del árbol comenzaron a supurar el líquido viscoso de color rojo sangre.

Después de obtener toda la savia del árbol, fui a mi padre para entregarle la lista de artículos que necesitaba.

....

Pasaron unos días, mi padre me entregó los artículos que necesitaba, algunas hierbas y un trozo de bambú.

Mientras preparaba los artículos en mi sala de estudio, escuché un golpe en la puerta.

"¿Quién es?" Yo pregunté.

"Señor, los huérfanos han llegado, están en el patio principal". La voz habló.

"Ya voy." Dije mientras tomaba una bolsa con algunos artículos dentro.

Después de arreglarme, fui al patio central, vi a unos niños reunidos, todos parecían tener la misma edad que yo, llegando frente a ellos miré a cada uno, eran seis niños, cuatro niños y dos niñas. .

"Hola, mi nombre es Arthur Snow, hijo bastardo de Lord Rickard Stark..." Hablé llamando la atención de los niños mientras colgaba la bolsa en un clavo.

"Hace unos días le pedí a mi padre que buscara unos niños fuertes e inteligentes, pero supongo que se equivocó, solo veo débiles y estúpidos frente a mí" dije con una sonrisa snob en el rostro.

"¿A quién llamas débil y estúpido, cabrón? gritó uno de los muchachos.

"¿Hay alguien más delante de mí? Por supuesto que fuiste tú.

"¡Hijo de puta, te voy a pegar!" gritó el chico, que corrió hacia mí con los puños en alto como si fuera a darme un puñetazo.

Cuando el niño lanzó el puñetazo, agarré su puño, lo torcí y lo tiré al suelo.

"Regresen, incluso si todos se juntan no podrán detenerme" dije.

"¿Qué? ¿No puedes tomar una simple ofensa? Entonces no me equivoqué cuando dije que eras débil".