Jimin ve la oportunidad de acercarse a Jungkook un miércoles por la tarde. El día estaba nublado y parecía que una tormenta se acercaba, así que Jimin aprovecha para salir a comprar algunas cosas que necesitaba para su estudio cuando se encontró con el pelinegro.
Al cerrar detrás de él la puerta de su apartamento, ve a Jungkook con las llaves en su mano y unas bolsas de la compra en el suelo.
- Hola, vecino -Lo saluda amablemente con una sonrisa en sus labios-
- Oh, hola -Jungkook murmura y lo mira de nuevo por un corto segundo, antes de girarse para abrir la puerta de su casa-
- ¿Has visto las noticias? -Es lo primero que sale de la boca de Jimin y enseguida se arrepiente.
Jungkook se gira a mirarlo con el ceño fruncido,con las llaves aún dentro de la cerradura. Entonces Jimin sonríe levemente, porque al menos ha captado la atención del pelinegro.
- Ya sabes, la tormenta -Explica apretando los labios en una pequeña sonrisa-
- Oh sí, supongo.
Jimin asiente, cómo si de aquellas pocas palabras pudiera sacar una conversación. Jungkook no lo estaba poniendo fácil, pero Jimin no sé rinde tan rápidamente.
- Parece que será fuerte, por lo menos lloverá durante una semana.
Todo lo que recibe a cambio es un asentimiento de cabeza, y sinceramente no sabe que esperaba sacar de aquello, pero supone que algo más que eso. Algo más que palabras cortas dichas en voz baja, asentimientos de cabeza y mirada apartada.
Aunque bueno, quizás el tema de conversación no era lo más interesante del mundo ¿Pero de qué otra cosa va a hablar con el nuevo vecino que parece odiarle?
Quiere decir algo más, pero antes de poder abrir la boca JungKook ya se encuentra metiendo las bolsas en su apartamento para seguidamente cerrar la puerta detrás de él.
Y bueno, Jimin definitivamente tiene que seguir intentándolo.
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El viernes por la noche, Jimin vuelve a ver a Jungkook en la cafetería. Afuera hacía frío, y las primeras gotas de lluvia habían comenzado a caer pocos minutos antes de que Jimin entrara en el cálido local. Suspira cuando el aire caliente lo recibe y el olor a café lo envuelve, y una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios cuando ve que no hay mucha gente.
Después de pasar el día tatuando y diseñando, un buen vaso de café caliente era su forma favorita de terminar el día.
- Hola, Jungkook -Jimin lo saluda alegremente cuando llega a la barra, con la mayor sonrisa en sus labios.
A pesar de que Jungkook no parecía querer absolutamente nada que ver con él, Jimin quiere seguirse acercando al pelinegro. Demostrarle que pueden ser amigos, o simplemente llevarse bien.
Y si a pesar de eso Jungkook sigue siendo un idiota, al menos podrá decir que lo ha intentado.
- Hola -Jungkook apretaba los labios y metiendo uno de sus mechones detrás de su oreja-
Y a Jimin no debería parecerle un gesto encantador, pero lo hace.
- Un café americano, por favor -Jungkook asiente-
- ¿Tamaño?
Jimin sonríe divertido, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta vaquera.
- Grande.
Y es una tontería, algo tan simple como una broma que no estaba seguro si JungKook entendería. Pero parece que sí , porque consigue hacer sonreír levemente al pelinegro y Jimin puede asegurar que sus mejillas se encienden en un leve color carmesí.
Jimin sólo puede reír ampliamente mientras mira con determinación cómo Jungkook escribe su nombre en el vaso, aún con esa pequeña sonrisa puesta en sus labios.
Quizás no debería sentirlo como un logro, pero lo hace.
- Serán cinco dólares. -Dice, y hay algo en la manera en la que su voz se suaviza, cómo si todas las otras veces hubiera estado demasiado tenso-
Y bueno, Jimin cree que es un avance, al menos había hecho sonreír a Jungkook.
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Lo escucha cantar la noche del sábado.
Aún era pronto, el sol se estaba escondiendo, y la oscuridad estaba lista para rodear la ciudad de Nueva York. Jimin entonces se encontraba calentando su cena en el microondas cuando una suave voz le llama la atención.
Se detiene en su lugar, escuchando con atención cada palabra que se escucha flojamente. Y entonces lo sabe, es Jungkook.
Jungkook estaba cantando, y Jimin no puede evitar sorprenderse al escucharlo. Canta bien, demasaido bien, tanto que el castaño podría salir al pasillo, para sentarse frente a su puerta tan sólo para poder escucharlo un poco más de cerca.
Se concentra en descubrir que canción está cantando, el microondas se detiene y todo lo que puede escucharse en el apartamento del castaño es la voz de Jungkook flotando como si de un fantasma se tratara.
"A dream is a wish your heart makes"
Cuando Jimin se da cuenta, siente cómo algo crece en su pecho. Jungkook está cantando una jodida canción de Disney y Jimin tan sólo quiere gritar, quiere gritar porque es malditamente adorable escuchar a su vecino cantar una canción de Disney un sábado por la noche. De entre las otras cosas que podría estar cantando, Jungkook está cantando como si fuera una princesa sacada de una película de Disney.E incluso se detiene, cuando la canción se termina y todo lo que le rodea es silencio. Jimin aún puede escucharlo. Jimin que no había escuchado esa canción desde que era un niño, parece tener casa palabra memorizada en lo más profundo de su mente, mientras la voz de Jungkook sigue retumbando en su cabeza. Lejana, suave y dulce.
Y le provoca algo que no entiende, algo que le hace fruncir el ceño y querer arrancarse el corazón para que deje de latir de aquella manera tan extraña. Es frustrante, y aquella noche, Jimin tiene su maratón de Castle sin poder prestarle realmente atención a la serie. Demasiado ocupado pensando en cómo su vecino, realmente era jodidamente encantador.
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Sweet and sour, Heart Devoured ♡ jikoo
Fanfiction❝Donde Jungkook reparte postre a todos los vecinos menos a Jimin, quien empieza a desesperarse al ver cómo el pelinegro lo ignora por completo.❞ ➫ Esta historia es una adaptación, todos los derechos reservados a la autora original @larryflowers28. ...