❝Donde Jungkook reparte postre a todos los vecinos menos a Jimin, quien empieza a desesperarse al ver cómo el pelinegro lo ignora por completo.❞
➫ Esta historia es una adaptación, todos los derechos reservados a la autora original @larryflowers28.
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Jimin no puede evitar sonreír orgulloso cuando ve la reacción de Jungkook al verlo entrar a la cafetería un viernes por la tarde.
Había salido más pronto de lo habitual aquel día, porque tener a tu mejor amigo de jefe tiene sus ventajas.
Namjoon había sonreído mientras Jimin le explicaba todo lo que tenía planeado, y este le había dicho que contara con él para lo que necesitara.
Lo tenía todo planeado, y estaba seguro de que iba a salir bien. O por lo menos, esperaba que a Jungkook le gustara.
- No sé si debo preguntar a qué se debe tu vestimenta -Jungkook dice con la mayor sonrisa en sus labios-
- Oh -Jimin sonríe mirando a su propia camisa- Es que verás Jeon, tengo una cita.
Jungkook se ríe, y Jimin había esperado todo el día por ello. Por llegar con aquella camisa blanca un tanto desabrochada y aquella corbata color vino poco apretada alrededor de su cuello, de ver la reacción del pelinegro y escucharlo reír de la forma en que acababa de hacerlo.
- ¿La tienes? -pregunta- ¿Quién es el afortunado?
Jimin sonríe mientras se encoje de hombros.
- Un chico pelinegro con ojos de bambi ¿Lo conoces? Trabaja por aquí -Responde, fingiendo mirar por el local y sacando otra pequeña risa al más alto-
- Eres un idiota -Es todo lo que Jungkook dice, pero la sonrisa en su rostro es más que suficiente para que Jimin se sienta satisfecho-
- Dime que terminas el turno pronto, cielo.
- En media hora.
Jimin sonríe mientras asiente.
- Genial, en media hora empieza la mejor cita de tu vida.
- No puedo esperar.
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- Creo que se te está haciendo costumbre conducir mi coche. -Jungkook dice mientras salen de la cafetería, la luna ya brilla en la oscuridad del cielo y las calles huelen a lluvia-
Jimin se encoje de hombros en respuesta.
- Puede, pero conduzco mejor que tú así que no importa. -Responde divertido, a lo que Jungkook rueda los ojos antes de entregarle las llaves de su jeep-
- Te odio.
Jimin sonríe, porque sabe que Jungkook está lejos de odiarlo. Ahora lo sabe.
Ambos entran en el coche minutos después y Jimin enseguida se encarga de encenderlo para que el aire caliente los envuelva.
- Jimin -Jungkook lo llama desde el asiento del copiloto.
